Desde hace más de una década, una familia de Huechuraba realiza una hermosa tradición. Su propia casa, ubicada en avenida Pedro Fontova, la transforman en un "lugar de peregrinación" para que grandes y chicos disfruten la magia de la Navidad.
Sus residentes instalan miles de luces, cientos de adornos, un árbol gigante y hasta nieve artificial de manera absolutamente voluntaria y sin aportes de ninguna entidad, ni pública ni privada. Lo único que reciben a cambio es el cariño y agradecimiento de los visitantes, a quienes abren sus puertas de manera gratuita.
El motivo del dueño de la casa navideña: "Que todos nos sintamos niños"
"Primero teníamos un par de guirnaldas, no más", cuenta a TVN Elías Zúñiga, el dueño de la casa navideña de Huechuraba. Poco a poco, han ido sumando accesorios y adornos que convirtieron este lugar en el favorito de los niños.
El trabajo navideño comienza el 10 de noviembre. Para hacer realidad esta costumbre, contratan máquinas y un grupo aproximado de seis personas. Pese al gran trabajo que requiere, su dueño lo hace gustoso con un objetivo claro: "Que todos nos sintamos niños. Por eso el árbol es grande, las argollas son grandes y el Viejito Pascuero es grande. Que nos sintamos niños todas las personas".
Si bien la cuenta de la luz es todo un tema en sí mismo, Elías dice que ese dinero lo invierte gustoso: "Yo la gasto con la gente que le gusta la Navidad (...) con la felicidad que da a toda la gente y los niños, yo creo que le llena el alma a cualquiera".
Para quienes desean conocer este hermoso lugar, existe un horario de visitas gratis: de 21:00 a 23:30 horas.
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