No es tan difícil lograr identificar los factores que podrían provocar un mal sueño. El estrés, las pantallas y las comidas a última hora, más la rutina, atentan para lograr un buen dormir.
Y ante esto, no es casualidad que muchas personas reporten trastornos del sueño acompañados de pesadillas.
En medio de esa búsqueda por entender qué nos quita el descanso, un tema curioso despertó la atención: ¿Podrían ser los dulces, los postres o los lácteos los responsables de nuestras pesadillas?
Es así como en 24 Horas y en conversación 24 Horas Tu Mañana, Pedro Chandá, especialista en neurología, académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, abordó esta interrogante a propósito de diversos estudios internacionales que vinculan ciertos alimentos con un descanso más agitado.
"El fenómeno de las pesadillas es mucho más amplio que solo el alimento", advirtió el especialista, agregando que "hay muchas causas que pueden generarlas, tanto psicológicas como físicas".
Los efectos en el cuerpo y la mente
El especialista señaló que una de las posibles causas fisiológicas detrás de las pesadillas está relacionada con la intolerancia a la lactosa, una condición común en la población chilena. "Esto puede producir distensión gástrica y, en consecuencia, un mal dormir", explicó.
El experto detalló además que el sueño es un proceso complejo, compuesto por distintas etapas. En la fase REM –donde suelen aparecer los sueños más intensos– cualquier interrupción puede alterar la experiencia. "Si tienes problemas emocionales o estrés acumulado, tu subconsciente sigue trabajando y eso puede interferir, generando pesadillas", señaló.
Pero las causas no siempre son mentales. "Un ruido en la casa o incluso una digestión pesada pueden superficializar el sueño y hacer que en la etapa REM aparezcan pesadillas", añadió.
Respecto a la idea de que dormir boca arriba o con las manos sobre el pecho podría generar pesadillas, Chandá aclaró que si bien la posición al dormir puede influir, no es un factor determinante. "En general, la posición lateral es la más adaptativa para la mayoría de las personas", precisó.
Para dormir bien
Más allá de los mitos, el especialista recalcó la importancia de mantener una buena higiene del sueño, un conjunto de hábitos que ayudan a lograr un descanso reparador:
- Evitar comidas pesadas o copiosas durante la noche.
- No cenar demasiado tarde.
- Preferir alimentos de fácil digestión.
- Mantener el dormitorio libre de distracciones y reservado solo para dormir.
"Dormir bien no depende sólo de lo que comemos, sino también de cómo y cuándo lo hacemos, además del entorno y nuestro estado emocional", concluyó Chandá.
En resumen, no hay evidencia definitiva de que los postres o los lácteos causen pesadillas, pero sí pueden afectar la calidad del descanso; por lo que es importante revisar nuestros hábitos nocturnos y darle al sueño el espacio que merece.