La historia de Jeremy Meeks representa uno de los casos más impactantes de reinvención personal en la era digital. Conocido mundialmente desde 2014 como el “criminal más sexy del mundo”, Meeks pasó de ser un exconvicto a convertirse en modelo, actor y empresario, construyendo un imperio valorado en millones de dólares.
Todo comenzó el 18 de junio de 2014, cuando el Departamento de Policía de Stockton publicó su foto policial en Facebook tras ser detenido por posesión ilegal de armas. La imagen se volvió viral rápidamente gracias a sus llamativos ojos azules, acumulando miles de reacciones. En ese momento, Meeks enfrentaba múltiples cargos relacionados con armas y pandillas.
Su vida antes de la fama había estado marcada por más de una década de conflictos con la ley. Desde los 18 años acumulaba condenas por robo, suplantación de identidad y falsificación, en un contexto familiar extremadamente adverso, con padres adictos a la heroína y un padre condenado por homicidio.
De reo a millonario: El presente del “criminal más sexy del mundo”
Tras su condena en 2015, Meeks fue liberado anticipadamente en marzo de 2016. Desde entonces, su ascenso fue meteórico. Mientras estaba en prisión, recibió decenas de propuestas laborales.
A su salida, firmó con una agencia de modelos y desfiló para marcas como Philipp Plein y Tommy Hilfiger. En 2019 cerró un contrato de 15 millones de dólares para lanzar su propia línea de ropa, que debutó en la temporada otoño/invierno 2020.
La incursión de Meeks en la actuación también ha sido notable. Filmó varias películas en menos de un año y participó en producciones como “Secret Society” y “True to the Game”. En 2024 lanzó su autobiografía, Model Citizen, donde relata su vida desde la infancia hasta su presente como figura pública y empresario.
En el ámbito personal, su vida ha sido igual de mediática. Estuvo casado con Melissa Meeks y tuvo una relación con Chloe Green, heredera de Topshop, con quien tuvo un hijo. Actualmente es padre de dos niños y mantiene una relación cercana con sus exparejas por el bienestar de sus hijos.
Hoy, Jeremy Meeks continúa expandiendo su carrera con planes en la música y nuevos emprendimientos. Su historia se ha convertido en un símbolo de cómo un episodio viral puede convertirse en el punto de partida para una transformación radical, desafiando los límites impuestos por el pasado.