Recalentar comida de días anteriores es una práctica amigable con el bolsillo y muy conveniente. Si no tenemos suficiente tiempo, o simplemente si no tenemos ganas de cocinar, la opción de echar el almuerzo de ayer al microondas se vuelve una alternativa muy interesante. No obstante, hay quienes señalan que esta práctica implica ciertos riesgos para la salud.
Piénsalo dos veces antes de recalentar arroz
Una de las comidas más comunes en la cocina chilena es el noble arroz. Sin embargo, recalentarlo puede generar la proliferación de esporas de Bacillus cereus, una bacteria que sobrevive a la cocción y puede multiplicarse si el arroz se deja a temperatura ambiente. Recalentarlo no destruye las toxinas producidas.
Para evitar este riesgo, se recomienda guardar el arroz en el refrigerador dentro de las dos horas y consumirlo dentro de uno o dos días.
Incluso, se ha hablado de "el síndrome del arroz recalentado", para referirse a la intoxicación alimentaria que puede dar luego de consumir esta preparación.
Cuidado con el pollo
Recalentar el pollo muchas veces puede producir que sus proteínas se desintegren y se transforme su textura a una mucho más gomosa y desagradable. Al recalentarlo, el pollo se deshidrata y la proteína se vuelve difícil de digerir.
La situación se vuelve peor si consideramos el riesgo de contraer salmonela. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos ha llegado a asegurar que uno de cada 25 paquetes de pollo puede tener salmonela.
Para acabar con las bacterias presentes en el pollo, los expertos recomiendan calentar el pollo hasta que llegar a los 75º. Tomando esa precaución, recalentar el pollo está bien. Por lo tanto, es una buena idea usar un termómetro de carne para asegurarnos de estar usando la temperatura correcta.