Rosa es una guapa y atractiva morenaza, alegre y de buenos sentimientos. Con su voluptuosidad y actitud le es imposible pasar desapercibida. Está orgullosa de ser madre soltera y de haber sacado a su hijo William adelante, fruto de un amor con un músico callejero que conoció vendiendo en el Paseo Ahumada. Desde muy joven Rosa ha sido vendedora ambulante. Hoy, tras años de esfuerzo y ahorros, ha logrado comprarse su primer local establecido en La Vega.