Eleodoro Mackenna tiene contacto con toda la elite política de la época. Sus múltiples empresas incluyen salitreras, viñas, maestranzas y fundiciones, amenazadas por los recambios que pretende instaurar el gobierno.
Cuando comienza a circular la noticia de una niña que se dice esta poseída por el diablo, Eleodoro ve en esta situación, una oportunidad para lograr el primer paso del regreso de un gobierno tradicional: Utilizara la figura de Carmen para propagar el miedo y así lograr su más anhelado deseo, ser Presidente de Chile.