En el cambiante panorama económico nacional, marcado por la incertidumbre y la necesidad de generar confianza en las relaciones comerciales, las pólizas de garantía se han transformado en un instrumento esencial para las empresas que participan en contratos públicos y privados.
Su utilización ha crecido especialmente entre las pequeñas y medianas empresas (PYMES), que buscan asegurar el cumplimiento de sus compromisos contractuales sin poner en riesgo su liquidez. Estos instrumentos, también conocidos como seguros de caución, ofrecen una alternativa más flexible y menos restrictiva que las tradicionales boletas bancarias o depósitos de dinero en garantía.
Un instrumento que asegura el cumplimiento
En términos simples, una póliza de garantía es un contrato de seguro emitido por una compañía aseguradora que garantiza el cumplimiento de una obligación asumida por una persona o empresa frente a un tercero. Si el contratista no cumple con los términos del contrato, la aseguradora responde económicamente hasta el monto asegurado.
Este respaldo entrega tranquilidad a la parte beneficiaria del contrato —ya sea una empresa, institución pública o cliente particular— y facilita que el proceso contractual se desarrolle con mayor transparencia y confianza.
Las pólizas de garantía son ampliamente utilizadas en licitaciones del Estado, contratos de construcción e infraestructura, proyectos de servicios especializados y suministro de bienes. Su objetivo central es proteger a quien encarga una obra o servicio frente a posibles incumplimientos del contratista o proveedor.
Tipos de pólizas más utilizadas
En el mercado chileno existen diferentes tipos de pólizas de garantía, cada una adaptada a las necesidades específicas del contrato. Entre las más comunes destacan:
- Póliza de seriedad de la oferta: asegura que el oferente mantendrá su propuesta y firmará el contrato si se le adjudica.
- Póliza de fiel cumplimiento: garantiza que el contrato se ejecutará conforme a lo acordado.
- Póliza de obligaciones laborales y previsionales: protege al mandante en caso de incumplimiento de compromisos con los trabajadores.
- Póliza de correcta inversión de anticipos: cubre el uso adecuado de los fondos adelantados por el cliente o mandante.
- Póliza de buen funcionamiento o correcta ejecución de obra: responde ante defectos o fallas detectadas una vez entregado el proyecto.
Cada una de estas modalidades tiene un propósito específico y responde a los diferentes riesgos presentes en las etapas de ejecución de un contrato.
Ventajas frente a las boletas bancarias
Uno de los principales atractivos de las pólizas de garantía es que no inmovilizan capital propio. En el caso de las boletas bancarias, el contratista debe respaldar la operación con dinero o líneas de crédito, lo que puede afectar su liquidez y capacidad de inversión.
Con las pólizas, en cambio, la empresa mantiene su flujo de caja disponible para operar y financiar nuevos proyectos. Además, el proceso de emisión suele ser más rápido y flexible, especialmente cuando se realiza a través de intermediarios especializados o plataformas digitales que simplifican los trámites.
Este aspecto resulta especialmente relevante para las PYMES, que en muchos casos enfrentan restricciones financieras y limitaciones de acceso al crédito bancario. Las pólizas de garantía se han convertido así en una vía concreta para competir en igualdad de condiciones con empresas de mayor tamaño.
Dificultades y barreras de acceso
A pesar de sus beneficios, obtener una póliza de garantía no siempre es un proceso sencillo, especialmente para las pequeñas empresas o los profesionales independientes.
Las aseguradoras suelen realizar evaluaciones rigurosas sobre la solidez financiera, el historial de cumplimiento contractual y la capacidad operativa del solicitante. Esto puede dificultar el acceso para negocios nuevos o con limitada trayectoria.
En ese contexto, se ha consolidado el rol de empresas intermediarias y gestoras de pólizas, que actúan como vínculo entre los contratistas y las aseguradoras. Estas entidades ofrecen asesoría técnica y acompañamiento durante el proceso de evaluación, facilitando la preparación de la documentación requerida y ayudando a cumplir con los estándares solicitados.
El rol de Finservice y la gestión integral
Una de las empresas que participa activamente en este segmento es Finservice.cl, entidad chilena especializada en la gestión integral de pólizas de garantía. Su función principal es intermediar entre las aseguradoras y las empresas solicitantes, optimizando tiempos, condiciones y requisitos.
Desde la compañía explican que su objetivo es “hacer más accesible este tipo de instrumentos a las PYMES y profesionales que necesitan respaldo contractual, pero que no siempre cuentan con los medios o la experiencia para gestionar directamente una póliza con una aseguradora”.
Finservice coordina la tramitación de distintos tipos de pólizas —desde la seriedad de la oferta hasta la correcta ejecución de obra— y asesora en aspectos normativos, legales y financieros.
Según expertos del sector, este tipo de intermediación ha contribuido a democratizar el acceso a garantías en un mercado históricamente concentrado en grandes empresas.
Regulación y respaldo legal
El marco normativo chileno respalda plenamente el uso de las pólizas de garantía. La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) supervisa la actividad de las compañías de seguros, mientras que la Ley N.º 19.886 de Compras Públicas reconoce expresamente las pólizas como instrumentos válidos de caución en procesos licitatorios del Estado.
De esta forma, las empresas pueden optar indistintamente por una póliza de garantía o una boleta bancaria, siempre que cumpla con las exigencias establecidas en las bases del proceso.
Perspectivas del mercado
El uso de pólizas de garantía muestra una tendencia al alza, impulsado por la digitalización de los procesos y por la necesidad de las PYMES de contar con mecanismos financieros que les permitan participar en proyectos de mayor envergadura.
Según analistas del sector, este instrumento seguirá expandiéndose en los próximos años, no solo en el ámbito público, sino también en contratos privados y de inversión, donde la confianza contractual y la transparencia se han vuelto factores determinantes.
Asimismo, se espera que la simplificación tecnológica —como la tramitación digital de documentos y la integración con plataformas de compras públicas— continúe reduciendo los tiempos de gestión, lo que beneficiará a las empresas de menor tamaño.
Un mecanismo que fortalece la formalización empresarial
Más allá de su función económica, las pólizas de garantía cumplen un papel importante en la formalización y profesionalización de las PYMES chilenas. Al requerir documentación legal y financiera al día, fomentan la adopción de mejores prácticas administrativas, contables y laborales.
Para muchos expertos, este tipo de herramientas no solo protege a las partes involucradas, sino que también contribuye a elevar los estándares del mercado y a consolidar una cultura de responsabilidad contractual.
En un contexto donde la confianza y la solvencia son activos cada vez más valorados, las pólizas de garantía se consolidan como un pilar esencial en la gestión empresarial moderna, ayudando a que las pequeñas y medianas empresas chilenas sigan creciendo y participando activamente en los desafíos del desarrollo económico nacional.