La participante de Rojo empezó bailando en las calles de Antofagasta, y tras contarle a sus padres que quería ser bailarina profesional, estos le dieron la espalda. Sin embargo, tras egresar del colegio tuvo la oportunidad de participar en un "mundial" de danza en Estados Unidos, obteniendo el primer lugar y el apoyo de sus padres. Aún así, tuvo que dejarlos ya que según ella, en el norte del país no están las condiciones para desarrollarse profesionalmente.