Hoy es uno de esos días marcados por la superstición, donde incluso los más escépticos se detienen un segundo antes de tomar ciertas decisiones. Pero más allá de gatos negros, espejos rotos o vuelos con el número 13, el viernes 13 es también un espejo de cómo la cultura moldea nuestros temores y creencias.
Aunque en países hispanohablantes el temor se asocia más bien al martes 13, el influjo anglosajón ha convertido el viernes 13 en un símbolo global del "mal augurio".
La mitología, la religión, la historia e incluso el cine han tejido una red de referencias que refuerzan esta idea: desde la traición de Judas en la Última Cena hasta películas icónicas como Friday the 13th, pasando por hechos históricos como la persecución a los templarios en 1307 o el accidente del vuelo uruguayo en los Andes.
Sin embargo, expertos en psicología y sociología coinciden en que este tipo de creencias cumplen una función más profunda: canalizar nuestra ansiedad ante lo desconocido, lo que sería una forma de darle un sentido al azar y caos
La fobia específica al viernes 13 incluso tiene nombre: Triskaidekaphobia, término acuñado por el Dr. Donald Dossey. Según diversas investigaciones, este miedo puede provocar desde incomodidad leve hasta ansiedad paralizante. Por ello, no es extraño que aerolíneas, hoteles y empresas modifiquen sus rutinas este día. Algunos edificios omiten el piso 13, ciertas reuniones se cancelan, y las bodas disminuyen.
En paralelo, se difunden listas con lo que "no debe hacerse" en un viernes 13: no abrir paraguas bajo techo, no pasar por debajo de una escalera, no reunirse siendo 13 personas, no viajar. Todas ellas acciones que, al ser evitadas, otorgan una falsa sensación de seguridad. ¿Lo crees?