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Psicólogo revela las secuelas más frecuentes del bullying LGBTI-fóbico en la adultez

tvn

Lunes 4 de abril de 2022

Retraimiento social, pocas o nulas ganas de asistir al colegio, estado de hiperatención, tener miedo al recreo, desánimo, anhedonia (las cosas que antes le generaban placer/diversión ya no le generan esa sensación), ansiedad y depresión. Son las principales señales de alerta que presentan los niños/as cuando son víctimas de acoso escolar LGBTI-fóbico, y que podrían ocasionar graves consecuencias en la adultez.

Juan Cristóbal Concha, psicólogo especialista en diversidad sexual, alerta que “a pesar de que los colegios, escuelas y liceos tienen la obligación de denunciar y generar planes de reparación para víctimas de bullying, muchas veces este deber no se cumple. Esta negligencia puede traer repercusiones graves en la salud mental de los niños/as, que incluso pueden llevar al suicidio. Por ello es tan importante concientizar sobre esta problemática”.

 

Las huellas del bullying

1-Inseguridad: Las personas LGBTIQ+ que sufrieron bullying  aprendieron que su orientación sexual o su identidad de género no están bien. Esto ocurre porque en su infancia fueron rechazados por sus pares por características inmodificables de sí mismos. Esta discriminación  los lleva a cuestionarse sus conductas, decisiones, gesticulaciones, actitudes, y todo de sí.

2- Dificultades para generar vínculos: El psicólogo especialista en diversidad sexual, explica que cuando a una persona la rechazan por algo intrínseco de su identidad (como su orientación sexual, identidad de género o expresión de género), aprende que está mal ser quien es. Por ende, para ser aceptada, esa persona debe esconder, reprimir y negar aspectos de sí misma, e intentar calzar con lo que la sociedad espera de ella. “Esto provocará que se vincule desde máscaras, más que desde su verdadero yo, lo que interfiere en la creación de vínculos reales y profundos”.

3- Crecer con la idea de que ser heterosexual es “lo correcto”:  Para Juan Cristóbal Concha,  esto ocurre porque “crecimos en un sistema basado en roles de género que dictamina cómo deben comportarse hombres y mujeres y en un sistema heteronormado que postula que lo heterosexual es lo normal, lo correcto y lo obligatorio”. Por ende, muchas personas LGBTIQ+, (aunque cognitivamente sepan que no es así), emocionalmente sienten que las personas heterosexuales y cisgéneros tienen más valor que ellas. 

4- Dificultad para conectar con sus emociones vulnerables: El especialista argumenta que muchas personas LGBTIQ+ tienen resistencia a conectar con estas emociones debido a que el bullying provino desde el rechazo de su vulnerabilidad. “Varios de ellos tienden a compensar su identidad sobre-esforzándose en ser los mejores de sus trabajos, ser los más guapos, los más simpáticos de su familia, los más exitosos, etc.  Es tan doloroso que te rechacen por ser quién eres, que empiezan a ocurrir mecanismos de defensa inconscientes que nos hacen desconectarnos de ese dolor y canalizarlo hacia buscar una imagen perfecta para otros por la búsqueda de aceptación”.

5- Miedo a entablar relaciones no LGBTI+: Juan Cristóbal Concha comenta que "es muy común en terapia escuchar a pacientes LGBTIQ+ manifestar su miedo a incluso conversar con personas no-LGBTIQ+, producto de que se rememoran heridas del pasado que les recuerdan que son diferentes, como si ser distintos fuera algo malo para ellos".

Terapia psicológica: una aliada para sanar

Juan Cristóbal Concha señala que la terapia ayuda a las personas a ser capaces de conectar con esos momentos dolorosos y así darle explicación a las secuelas que dejó el bullying, “hace que esos años de rechazo se resignifiquen. La terapia permite que se creen nuevas conexiones neuronales que les hagan pensar/sentir que sí son valiosos y que se debiliten esas conexiones que los hacían pensar que no son importantes” y agrega “la terapia es un espacio en que no existen juicios, y para una persona que ha sido enjuiciada toda su vida, eso es muy poderoso”.

Finalmente el psicólogo especialista en diversidad sexual, es enfático al señalar que la educación sexual integral es una gran herramienta para que la sociedad y la comunidad escolar aprendan que existen diversas formas de vivir la sexualidad humana y que todas son válidas y se tienen que respetar.