Hace sólo semanas se dio a conocer un estudio nacional que evidenciaría una disminución en los efectos neutralizantes en las personas que sufren obesidad, resultados que se suman a obtenidos por la Universidad de Estambul, el cual concluyó que las personas mayores de 18 años con obesidad severa presentan una respuesta inmunitaria deficiente ante las vacunas contra el SARS-CoV-2 en comparación con quienes no poseen sobrepeso.
La nutrióloga y jefa de nutrición de Clínica Terré, Dra. Isabel Zúñiga, alerta de lo que podría implicar estos primeros hallazgos para la población. “Desafortunadamente, varios estudios indican que la obesidad se asocia con respuestas inmunitarias de memoria reducidas que conducen a una disminución de la protección a largo plazo contra las reinfecciones. Por lo tanto, a pesar de los alentadores resultados de vacunación contra COVID-19, pacientes con obesidad todavía pueden ser vulnerables a una reinfección con SARS-CoV-2 en el largo plazo. Esto, además, afecta la inmunidad colectiva e impacta negativamente en la eliminación del SARS-CoV-2”, aclara la profesional.
Sin embargo, esta no sería la única dificultas que presentaría el sobrepreso ante inoculaciones. De acuerdo a lo que plantea la jefa del área de nutrición de la clínica, “estudios señalan que la obesidad se asocia con una inmunogenicidad reducida también en respuesta a la vacunación parahepatitis B, tétanos e influenza, siendo entonces más susceptibles a reinfecciones pese a la vacunación por estos otros agentes infecciosos”.
Hacia una educación alimentaria
Los altos índices de sobrepeso y obesidad en los chilenos son una señal de alerta, no sólo respecto al efecto de las vacunas contra el Covid-19, sino por las múltiples patologías que genera en la publicación.
En este sentido, una Educación en Alimentación que potencie, enseñe o modifique los hábitos pasa a ser fundamental para poder revertir los indicadores que tienen a Chile dentro de los 10 países con mayor obesidad de la OCDE.
Daniela Gómez, nutricionista del Clínica Terré, plantea que, a la hora de educar, es importante “por una lado erradicar creencias, mitos y conductas erróneas y, por otro, promover una mayor consciencia sobre la alimentación, la vida saludable y los roles que juega la alimentación en la salud en general y en la prevención de enfermedades”.
Bajo esta dinámica, la profesional es enfática es señalar que “la mejor medicina para el organismo es la preventiva, y no hay mejor forma de prevenir enfermedades que mediante un estilo de vida saludable, que combine una adecuada alimentación con ejercicio físico”, recalcando que, pese a lo difícil que puede parece “nunca es tarde para cambiar los hábitos, querer aprender o mejorar tu alimentación puede ser desde cualquier edad”.
Imagen: Sochob