Esta mañana el imitador Felipe Parra visitó "El Medio Día", instancia en la que entregó detalles sobre su próxima presentación en el Festival del Huaso de Olmué, así como también desclasificó aspectos desconocidos de su vida y carrera artística, entre ellos el impacto que ha tenido el arte de la imitación en su vida.
Parra recordó que tras el fallecimiento de su abuela, quien fue la encargada de criarlo, entró en un complejo momento de su vida, juntándose con personas que pertenecían a "un ambiente un poquito oscuro", instancia en la que la imitación jugó un rol fundamental. "La imitación me salvó la vida en muchos momentos. Le salvé la vida a amigos por imitar", confesó el joven comediante.
Específicamente, y sobre salvarle la vida a sus amigos, es que Parra explicó que éstos se involucraban en problemas con personas que luego les querían hacer daño, momento en el que él intervenía con sus imitaciones. "Yo iba y les les jugaba la mente con imitaciones. En dos o tres oportunidades, yo les decía 'tranquilo, no le hagas nada, te hago un personaje'", lo que le ayudó a salvarlos.
"Era tartamudo"
Ahondando más sobre sus orígenes, Felipe Parra explicó que en un inicio la gente no tenía mucha fe en él, ni siquiera su círculo cercano, no por falta de talento, sino por ver que ya existían otros grandes nombres instaurados en la imitación como Stefan Kramer. A pesar de esto él no se rindió, explicando lo mucho que le ha costado, y que quizás la gente no ve.
"Yo soy un tipo que tuvo que aprender incluso a a hablar. Era tartamudo, tenía pánico escénico, nunca diserté en el colegio. Entonces si alguien te ve al inicio y te ve un poco cortado, va a decir, bueno, no tiene talento. Pero yo sé de dónde vengo", indicó.
Finalmente, Parra destacó que estas barreras las pudo superar gracias a su fe y creencias religiosas.