Esta reacción puede repercutir en todos los ámbitos de la vida: en lo emocional, en lo personal, en lo social, en la sexualidad y/o en lo profesional. Mientras que las manifestaciones más comunes de esta reacción son: ansiedad, nerviosismo, angustia y un constante diálogo interno con afirmaciones tales como: “no puedo”, “no soy suficiente” o “no valgo”.
La psicóloga clínica Paula Hormazábal, quien se especializa en psicoterapia femenina y temáticas de género, indica que es tan incómoda la sensación que produce esta reacción emocional, que muchas personas prefieren evitar cualquier actividad o rutina nueva que suponga salir de su zona de confort, o en los casos más severos puede causar cierto grado de aislamiento social.
Del mismo modo, las personas inseguras frecuentemente actúan de acuerdo a lo que su entorno espera de ellas, dejando de lado su autenticidad y corriendo el riesgo de perder su identidad. Esto genera falta de aceptación personal, ya que están constantemente preocupados de buscar la aprobación externa.
Consecuencias
En lo emocional “la inseguridad se puede manifestar a través del miedo a expresar sentimientos, así como también tener ciertas conductas evitativas en relaciones, dificultando la capacidad para sostener vínculos a largo plazo”. Advierte Paula Hormazábal.
Mientras que en lo social ocurre algo similar, ya que a las personas inseguras les cuesta relacionarse con desconocidos o tienen dificultad para hacer nuevos amigos “esto generalmente ocurre porque creen que no son capaces de comunicarse de manera efectiva, tienen temor a ser rechazados o poseen baja autoestima”. Explica la psicóloga.
En tanto, en el ámbito corporal o sexual, la inseguridad está muy ligada a los estereotipos en base al cuerpo y la aceptación de este “las creencias sobre el propio desempeño sexual pueden verse alteradas, e incluso en algunos casos, las personas pueden llegar a postergar su propio placer para satisfacer al otro”. Afirma Paula Hormazábal.
Por otra parte, en el ámbito profesional la inseguridad puede producir temor a no tener la capacidad suficiente para cumplir una tarea, ya que creen que no tienen las competencias necesarias para cumplir el cometido asignado.
Mientras que en los casos más severos, la inseguridad personal se puede transformar en un miedo irracional a defraudar a los demás, al entorno familiar o social. “Esto puede llevar a perder la capacidad de tomar decisiones, a no tolerar la equivocación y buscar aprobación constante de los demás para poder sentirse bien”. Detalla la especialista en psicoterapia femenina y temáticas de género
¿Cómo trabajar la inseguridad?
Paula Hormazábal señala que para hacer crecer la autoestima, hay que trabajar y potenciar las creencias acerca de las propias habilidades y recursos personales “a través de un proceso terapéutico se pueden aprender a controlar los pensamientos anticipatorios, así como también ir derribando las creencias catastróficas que vayan en desmedro de la valía personal. Las técnicas de relajación y respiración guiada también son alternativas muy efectivas para enfrentar la inseguridad y mantenerse en el momento presente”. Recomienda la creadora de @psicologiademujer.
Del mismo modo, Paula Hormazábal sugiere que cuando las personas se enfrenten a situaciones potencialmente amenazantes, se hagan conscientes de las sensaciones físicas y emocionales cuando la inseguridad aparece como respuesta, para autorregular y canalizar sus emociones, y de esta manera poder adquirir nuevos repertorios de conductas que reforzarán la seguridad personal.
A su vez, la especialista en psicoterapia femenina y temáticas de género, recomienda aceptar las inseguridades personales y también hacerse conscientes de la vulnerabilidad que todos los seres humanos poseemos, ya que esto ayuda a enfrentar con mejores herramientas tanto a las personas como a las situaciones cotidianas.