Según datos recogidos desde el Observatorio Mundial del Cáncer, más de 8.000 hombres fueron diagnosticados en Chile de cáncer de próstata en 2020. Una cifra que se mantiene y que anualmente cobra entre 2.500 y 3.000 vidas de pacientes afectados por esta enfermedad.
El cáncer de próstata se transforma “en un desafío de salud pública”, según señala el director del Centro de Investigación del Cáncer, James Lind, Eduardo Yáñez, en conversación con el Observatorio del Cáncer, desde su oficina en la ciudad de Temuco, Región de La Araucanía.
Yáñez, ha dedicado gran parte de su carrera a impulsar los estudios clínicos como una manera de hacer frente a estas enfermedades, poniendo el foco en los pacientes y en mejorar su calidad de vida.
DR. Eduardo Yáñez, director del Centro de Investigación del Cáncer, James Lind.
ESTUDIOS CLÍNICOS EN CHILE Y EL CASO DE JAMES LIND
El Centro de Investigación del Cáncer, James Lind se encuentra en Temuco y es uno de los pocos que trabaja desde regiones en el desarrollo de estudios clínicos. En relación al cáncer de próstata, este centro ha realizado varias investigaciones que han sido presentadas en congresos o publicadas en revistas científicas, con resultados positivos.
Los éxitos obtenidos por el centro James Lind no son casuales. Para su director, “un país que no investiga y una sociedad que no se preocupa al respecto, está destinada a tener una medicina de inferior calidad”. Alentado por esta premisa, es que a diario trabaja en conseguir los mejores resultados para pacientes que sufren un cáncer de próstata avanzado.
Un cáncer extendido en adultos mayores
Las proyecciones sanitarias de Estados Unidos indican que, en 2030, se producirán cerca de 300.000 nuevos casos y 38.000 fallecerán en ese país por cáncer de próstata. Estas cifras, son un impulso para el doctor Yáñez, quien se propone avanzar en las investigaciones que entreguen “estrategias que permitan que los pacientes se desenvuelvan bien. En otras palabras, que sumen años y años con buena calidad de vida”.
El centro James Lind se dedica a desarrollar y encontrar nuevos estándares de tratamiento que permitan contener el cáncer de próstata. “Los aportes de la investigación hacen que más pacientes puedan vivir con una enfermedad avanzada. Esto no es sinónimo de muerte, ni mucho menos de muerte inmediata, porque las estrategias actuales permiten que el destino de mucha gente que sufre de cáncer de próstata no esté zanjado”.
Importancia del diagnóstico oportuno y nuevas alternativas para pacientes en etapas avanzadas
El cáncer de próstata es una enfermedad que no se puede prevenir. Por tanto, diagnosticarla oportunamente es un desafío permanente para la comunidad médica y para la salud pública.
“El cáncer de próstata en general no lo podemos prevenir. En cierta medida viene predestinado en el hombre, pero los métodos de diagnóstico oportunos y tempranos cambian el pronóstico. El antígeno prostático y el examen prostático manual para hombres de más de 45 años son fundamentales para detectar tempranamente indicios de cáncer”, advierte el oncólogo.
Pero la barrera que enfrentan estos exámenes preventivos, es que no tienen el mismo impacto comunicacional, si los comparamos con los exámenes para detectar el cáncer de mama. Mientras las mujeres han incorporado de manera cada vez más extendida la necesidad de realizarse anualmente la mamografía, en los hombres el PSA o prueba de antígeno prostático, no es un test conocido ni menos requerido en las consultas médicas.
Con esta dificultad, el doctor Yáñez añade que es necesario internalizar que no siempre basta con el PSA: “hay que tener mucho cuidado de no confiarse en forma extrema del valor del antígeno prostático porque hay pacientes con cáncer que tienen el antígeno prostático normal. Por lo tanto, el examen físico es muy importante y no es reemplazable por la determinación del antígeno. Ambos métodos son complementarios y muy importantes de realizar”.
A partir de esta advertencia es que las cifras de muerte en Chile por cáncer de próstata resultan preocupantes, sobre todo porque muchas se producen luego de un diagnóstico tardío. El doctor Yáñez advierte que justamente en estos casos, cuando parece que la esperanza se ha perdido, es cuando contar con terapias innovadoras abre una puerta.
“Hay un grupo de pacientes que se notifica con cáncer avanzado y son enfermos de alto riesgo de tener evoluciones muy aceleradas de su enfermedad. (...) en la medida que sumamos nuevas estrategias de tratamiento, la combinación de estos tratamientos hace que la sobrevida supere los 5 años al momento en que se diagnostican”.
Varios de los estudios del centro James Lind, para este y otros tipos de cáncer, han tenido una exitosa acogida en la comunidad científica, siendo incorporados a los estándares existentes, mejorando la calidad y tasa de sobre vida de los pacientes: “nos sentimos muy reconfortados de haber explorado estrategias que hoy día son estándar de tratamientos”.