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Hospital Clínico U. de Chile permite visitas de mascotas a pacientes críticos

El recinto estableció criterios médicos, logísticos y sanitarios para garantizar una experiencia segura y beneficiosa tanto para el paciente como para el entorno clínico.

TVN.cl

Miércoles 28 de mayo de 2025

“Yo pienso que el de arriba me dio una oportunidad más para estar con mi hijo y con mi familia y con mi amigo. Por eso estoy muy agradecido y emocionado”, dice don Carlos, de 80 años, al recordar el reencuentro con Toby, su perro.

“Hace cinco años que lo tengo. Me lo regalaron. Una vez fui donde mi hermana porque me iba a dar un refrigerador y fui en una camioneta que me consiguió un amigo. Mientras íbamos a buscarlo, el conductor llevaba tres perros arriba. Pero antes de llegar, uno de ellos se me subió encima. Y dije, me gustaría tener un perrito así. A los cinco días llegó. Y desde ese día lo tengo”.

La instancia duró poco menos de una hora, pero bastó para iluminar el rostro de don Carlos y mejorar su ánimo y disposición con su tratamiento. “Don Carlos llegó hablando de su perrito. Contaba que veían tele juntos, que eran solitos, y cuando me tocó atenderlo, se puso a llorar porque lo extrañaba mucho”, recuerda Cynthia Quezada, enfermera de la UCO. “Intentamos imprimir una foto, incluso la dejamos de fondo de pantalla, pero no era lo mismo. Un día que lo habían llevado a hemodinamia, cuando lo fui a buscar venía muy triste, llorando otra vez porque quería ver a Toby”.

A pesar de que el paciente estaba inestable, el equipo logró avanzar en las autorizaciones. “Le pregunté a la terapeuta ocupacional si alguna vez habían traído un perrito a la unidad, y ahí empezamos a mover todo. Hablé con el doctor Palma, que dio la autorización por su estado clínico, y después con mi jefa, que habló con la suya. También contactamos a don Juan, su vecino y cuidador de Toby. Coordinamos todo en poco tiempo, con certificados, traslados y permisos... y lo logramos”, relata la enfermera emocionada.

La visita se enmarca en un protocolo interprofesional desarrollado por la Unidad de Pacientes Críticos, que establece criterios médicos, logísticos y sanitarios para garantizar una experiencia segura y beneficiosa tanto para el paciente como para el entorno clínico. Este procedimiento contempla la evaluación médica del estado del paciente, el cumplimiento de requisitos veterinarios (como vacunación, baño y control de comportamiento), el consentimiento informado, y medidas estrictas de higiene y control de infecciones durante toda la actividad. La mascota puede permanecer entre 30 y 60 minutos en compañía del paciente, bajo la supervisión del equipo de salud.

“La motivación para implementar este proceso surge de nuestra búsqueda constante por entregar un cuidado más humanizado”, explica el Dr. Carlos Romero, médico intensivista del Hospital y quien fue parte de la creación de este protocolo. “Ya habíamos incorporado medidas como la flexibilización de las visitas de familiares, musicoterapia, salida terapéutica y cuidados de fin de vida. Este protocolo nos permite dar un marco formal a algo que antes se hacía solo de forma excepcional: el reencuentro entre pacientes críticos y sus mascotas, algo que puede tener un impacto emocional muy positivo”.

Según el especialista, el contacto con animales está vinculado con la liberación de endorfinas y la disminución del cortisol, lo que contribuye a reducir ansiedad, estrés y sensación de soledad. “Esto puede traducirse en una mejor disposición del paciente a participar en actividades de rehabilitación, y en general, a enfrentar su proceso de recuperación con mayor esperanza o en ciertos casos, enfrentar procesos de fin de vida con más tranquilidad”, añade.

Desde la coordinación de la UCI, María Angélica Berasain, enfermera y una de las encargadas del protocolo, destaca el trabajo interprofesional detrás de su diseño e implementación. “Esta iniciativa busca aliviar condiciones como la ansiedad, el delírium o la angustia, que son frecuentes en estadías prolongadas en la UPC. Además del respaldo clínico, fue clave la colaboración con el Comité de Prevención y Control de Infecciones del hospital para asegurar que todo se realice con los resguardos necesarios”, señala. También destaca los desafíos logísticos: “Hemos debido asegurar criterios muy específicos de higiene, comportamiento animal, documentación veterinaria, ingreso al recinto y supervisión directa durante la visita, siempre priorizando la seguridad del paciente, de la mascota y del equipo”.

Don Carlos, por su parte, sigue emocionado: “Estoy agradecido. Con mi hijo, con mi familia, con mi amigo don Juan que lo cuida, con el hospital… Que hayan permitido que Toby viniera fue extraordinario. Es mi compañero, mi hijo. Yo sólo quiero estar un poco más de tiempo con él”.

TVN.cl con información y fotografías de la Universidad de Chile.

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