Esta semana entró en vigor nuevas restricciones migratorias impuestas por el gobierno de Estados Unidos, que afectan a ciudadanos de un total de 19 países. La medida, impulsada por el presidente Donald Trump, contempla la prohibición de entrada al país para personas provenientes de 12 naciones, así como limitaciones adicionales para otras siete.
Entre los países cuyos ciudadanos tienen prohibido ingresar a territorio estadounidense se encuentran Afganistán, Birmania, Chad, Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Además, se aplican restricciones a ciudadanos de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
La orden establece un plazo de 90 días para que el secretario de Estado, Marco Rubio, presente un informe al presidente con recomendaciones sobre la continuidad, modificación o terminación de la medida.
Si bien la proclamación contempla un fuerte endurecimiento del control migratorio, también establece excepciones. Quedan excluidos quienes ya poseen una visa válida y residen dentro del país, así como aquellos con residencia permanente o doble nacionalidad. También están exentos diplomáticos, atletas y entrenadores que viajen a eventos internacionales relevantes, y ciudadanos afganos con visas especiales.
En el caso de Cuba y Venezuela, el decreto suspende las visas de turismo, negocios, estudios y programas de intercambio, y ordena además reducir la duración de otras visas de no inmigrante, según lo permita la legislación vigente.
La administración estadounidense justifica estas medidas como parte de una estrategia para fortalecer la seguridad nacional, argumentando que las naciones afectadas no proporcionan información suficiente sobre sus ciudadanos y representan un riesgo de permanencia irregular en el país.
Esta política recuerda decisiones tomadas durante el primer mandato de Trump, que ya habían generado controversia por afectar a países de mayoría musulmana.
Ver Video
