Leila Loayza: La "it girl" de los festivales

Cruzando apresuradamente por uno de los pasillos del patio central de TVN llega Leila Loayza (43), quien tras un caluroso saludo y una gran sonrisa me explica que antes de comenzar la entrevista, sí o sí debe pasar al casino a comprar algo de beber. Con bebida en mano y sentada en una mesa al exterior, “Leilita” como le dice con cariño Karen Doggenweiler, viste un look más bien casual, y no por eso menos chic. De zapatos bajos, pantalones entallados negros, blusa blanca con detalles en tonos oscuros, su melena negra sin recoger y un maquillaje sutil, pero con delineado perfecto.

Son las cinco de la tarde y por fin se ha hecho un espacio en su apretada agenda pre Festival del Huaso de Olmué.

- El día viernes terminamos de grabar tipo dos de la mañana y el lunes hasta las una. Jornada desde que termina el matinal en adelante. No he parado desde que llegué al canal luego de hacer unos canjes, para probarle a Karen un vestido del que se necesitaba hacer la última prueba en camarín; de ahí me fui a ver otro canje y me vine nuevamente al canal a probar otros vestidos. Entremedio estuve media hora trabajando con los del Bafochi y después me toca los últimos anuncios con Karen del festival, comenta.

Hace 10 años, y por cosa del destino, ambas se conocieron en la entrada del canal. Leila venía recién llegando y Karen se iba por el prenatal de su segunda hija, Manuela. Tras varios años trabajando como vestuarista del canal, no fue hasta 2011 que Leila trabajó con la animadora para el Festival de Iquique.

- En ese tiempo comprábamos los vestidos en tiendas de fuera del país, porque en el fondo todas las animadoras lo hacían así y nunca lo cuestionamos, ya que era lo que se usaba en la época. Pero me pasó que cada vez que íbamos a la tienda de vestidos yo quedaba con esta sensación de tener que conformarme con lo que me vendían no más, y en mi cabeza siempre pensaba “no, esto tiene que ser distinto”. Y con Karen veíamos looks de otras partes en los que ella me decía: “Sueño con tener ese vestido”; y yo sabía que esos acá no existían en ningún lado, que no los hacían.

Un año después conoció a Makarena Montaner,modista con más de 10 años de experiencia en alta costura,con quien confecciona los atuendos de la periodista.

- Hace tres años se me alumbró la ampolleta y le dije a Karen: “¿Sabes qué?, ¿Por qué no hacemos los vestidos acá y traemos las telas de afuera?”, y ella me dijo: “Ya po, hagámoslo”. Estaba segura de que iba a resultar y que sería la reina de los festivales.

- ¿Cómo es el proceso de confección junto a Makarena?

- Bacán, con Maka nos complementamos súper bien, ella es seca resolviendo detalles de las prendas en términos de alta costura, y yo en visualizar qué cosas puedo resaltar de la gente. Mis amigos siempre me molestan, porque yo digo que las telas me hablan (se ríe), pero es esa sensación de guata que te dice “esta es”, que nos pasó con el vestido de tela negra metálica que conseguimos con un proveedor en Nueva York el año pasado que causó furor. Este año elegimos telas de Buenos Aires.

- ¿Cómo es trabajar con Karen?

- Genial, tiene una generosidad de aceptar y no tener miedo. Porque en el fondo me podría haber dicho “¿Sabí’ qué? No, vayámonos a la segura. Si siempre hemos comprado, para qué nos vamos a arriesgar”. Pero no, ella se arriesgó y lo valoro porque pudo haber sido un desastre tomar un riesgo tan grande.

- ¿Qué tal han sido las pruebas de vestuario?

- Súper entretenidas y colaborativas, ya que las tres nos reímos, tiramos la talla, hacemos cambios, incluso algunos vestidos los hemos transformado enteros. Y eso es muy generoso de nosotras porque nadie tiene la razón, sino que todas llegamos a un acuerdo de si nos tinca algo y el cómo lo vamos armando para dar vida a los vestidos.

- Con respecto a la edición pasada, ¿este año habrá algún cambio importante en los looks?

- Bueno, el tema social nos hizo un llamado a no hacer oídos sordos. Y como diseñadora una igual tiene que estar pendiente de todo lo que está pasando, el vestuario transmite cosas también. Entonces tratamos de no usar tanta pedrería o brillos, sino de tener colores más clásicos. Queremos resaltar ahora más el ver una mujer empoderada, que reescriba nuestra historia como género y creo que Karen va a representar muy bien eso.

- ¿Seguirán los vestidos de escote pronunciado y sin hombro?

- Cuando tú tienes algo que te encanta y que sabes que se te ve bien, ¿para qué te lo vas a tapar?

- Me imagino que habrá algún tipo de juego entre la vestimenta de Álvaro Escobar y la de Karen…

- Eso lo trabajamos con Sergio Arias, que viste a Álvaro. Siempre estamos conectados mentalmente y hemos logrado acertar. Él es un experto, entonces ya sabe qué colores trabajar y cómo combinarlos con mis bocetos y tonos.

- ¿Qué tendencia de maquillaje va sí o sí con Karen este año?

- Junto con Angelina Chiuminatto, maquillista, vemos que como tendencia mundial ahora se trabaja harto el verte más natural y no tan saturada de maquillaje. Poco color en la boca, que antes era al revés, ahora si te fijas la tendencia es verse más fresca.

- De los cuatro vestidos del festival, ¿Cuál es tu favorito?

- Yo creo que el que más me gusta... bueno en verdad me gustan todos. Pero el que me fascina por lejos es el rojo. Me gusta porque es cien por ciento Karen ese vestido: tiene energía, es sexy, de esos que miras y no puedes apartar los ojos. Cuando se lo hemos probado y ella se mira en el espejo su mirada cambia, se siente bella y se nota.

- Finalmente, ¿cómo crees que reaccionará el público del Patagual con tus atuendos?

- Estoy segura que bien, por el gran cariño que la gente le tiene a Karen y a este gran festival de las tradiciones chilenas, y por supuesto porque ¡va a brillar en ese escenario!