Hope fue abandonado por sus padres y cuando fue encontrado por la danesa Anja Ringgren tenía un avanzado estado de desnutrición. Anja está a cargo de la Fundación para la Educación y el Desarrollo de los Niños de África y se hizo cargo de Hope como si fuera su propio hijo.
Cuando lo encontró no tenía nombre, así que quiso bautizarlo como “Hope”, que significa esperanza en inglés. Le brindó toda la ayuda y apoyo necesario para que saliera adelante.
Hope debió ser operado de urgencia por una malformación de su uretra, posterior a eso tuvo una rápida recuperación. Gracias a la ayuda recibida el menor tuvo un nuevo comienzo y actualmente tiene una vida muy diferente al pronóstico de hace algunos años, va a la escuela y se relaciona con niños de su edad.
Anja Ringgren ha publicado fotografías de la recuperación de Hope y es increíble lo bien que se encuentra actualmente.