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¿Cómo identificar la depresión infantil? Te dejamos consejos que pueden ayudar

Este estado emocional triste, desesperanzado o vacío, muchas veces se manifiesta junto con otros trastornos, tales como ansiedad o dificultades de conducta, lo cual complejiza su detección.

tvn.cl

Miércoles 4 de agosto de 2021

La depresión es un trastorno psicológico que afecta a grandes cantidades de personas a nivel mundial. Acorde a la Organización Mundial de la Salud, se calcula que casi 300 millones de personas sufren de depresión, lo que equivale a un 4,4% de la población mundial.

Las causas de este cuadro pueden ser de tipo biológico, es decir, que tienen componentes hereditarios o de tipo ambiental producidos por eventos negativos que suceden y rodean la vida del niño, los cuales impactan en su ánimo e interfieren en su bienestar.

Factores que pueden gatillar esta aflicción son, por ejemplo, familias donde hay grandes dificultades, negligencias, violencia, falta de contención emocional o también situaciones de tipo traumático, como la muerte de algún familiar cercano, el abandono del padre, la madre o separaciones conyugales, podrían desencadenar trastornos depresivos. Junto con esto, experiencias dolorosas en el colegio como aislamiento o bullying, también se consideran factores a la base de este trastorno.

Carolina Reyes Cristi, Psicóloga y Magíster en Psicología Educacional, y Directora Colegio Monteluz, revela que la depresión infantil es difícil identificar, ya que los niños al encontrarse en pleno crecimiento están en constantes procesos de cambios de su personalidad, emociones y pensamientos.

Sus síntomas se pueden confundir con el desarrollo propio de su edad. “Además, ellos no verbalizan sus emociones y vivencias de la misma manera que los adultos, ya que suelen actuar y no comunicar su mundo emocional, lo que lo hace aún más complicado”, afirma.

La profesional indica que existen ciertas señales de alerta que evidencian un cuadro depresivo infantil, las cuáles pueden identificarse:

1. Ánimo triste, desmotivado o irritabilidad: Los niños se pueden observar más bien inhibidos y cabizbajos, sin ganas ni interés por desarrollar distintas actividades, o, en el otro extremo, bastante irritables, inquietos e incluso manifestando agresividad.

2. Dificultad de concentración y atención: En el colegio, se observan problemas para atender las instrucciones del profesor, como “desconectados” o también tienen dificultades para realizar tareas y actividades encomendadas, disminuyendo su desempeño escolar.

3. Baja autoestima: Esta sintomatología afecta al sentimiento de confianza en sí mismos, disminuyendo considerablemente su autoestima. Los niños con cuadros depresivos, comienzan a sentir que no son suficientes, que no son queridos, ni aceptados.

4. Ideación suicida: Pueden relatar pensamientos asociados a la muerte, ganas de no seguir viviendo, sentir que ya no vale la pena nada y que prefieren morir. Si bien, la ideación suicida puede ser frecuente, los intentos no lo son. De igual forma, la psicóloga hace un llamado a los padres a que siempre estén atentos a los cambios anímicos y conductuales en sus hijos.

“Jamás minimicen alguna situación de este tipo, ya que si un niño se está manifestando de esta manera, es porque evidentemente no lo está pasando bien y su llamado de atención es un grito de ayuda que debemos descifrar”, argumenta la experta.

La profesional recomienda a los padres consultar a especialistas de la salud mental para que puedan detectar a tiempo si existe un cuadro de depresión infantil, y de esta manera realizar un tratamiento adecuado. “Éste suele incorporar terapia psicológica y tratamiento farmacológico. Desde el trabajo terapéutico, es vital la integración de la familia, ya que la contención es fundamental para generar los cambios necesarios”, explica.

Y agrega: “Es importante realizar un trabajo en equipo con el entorno escolar, para realizar seguimiento y las adecuaciones en el plan de estudios y en otras áreas”.

La depresión infantil puede tener distintas consecuencias como: insomnio, falta de apetito, autoagresiones, dolor abdominal, cefalea, mientras que en el ámbito escolar presentan una conducta más inhibida. En consecuencia, los niños se aíslan de su entorno, no se integran a los juegos con su grupo de pares, y también disminuye su rendimiento académico.

Por ello, Carolina Reyes Cristi reitera la importancia de un diagnóstico y tratamiento temprano para intervenir de manera oportuna y evitar que este trastorno se cronifique en el tiempo, aumentando el sufrimiento para el niño y su familia.