Todo comenzó en abril cuando una mujer llegó inconsciente al Hospital Universitario de Brno, debido a que sufrió un derrame cerebral. Dentro suyo estaba su hija de 15 semanas, que tenía muy pocas probabilidades de sobrevivir.
Los médicos decidieron mantener viva de forma artificial a la madre de 27 años para que el feto se pudiera desarrollar. Le entregaron estímulos externos e incluso la hacían mover sus piernas para simular una caminata.
"Nos preocupamos de controlar todas las funciones (de la mujer), la ventilación, la circulación sanguínea, estabilización, endocrinología y la nutrición de la paciente", dijo Iveta Zimova, jefa de anestesiología de la unidad de cuidados intensivos del Hospital.
Cuatro meses después, el 15 de agosto y contra todo pronóstico, la pequeña nació mediante cesárea. Pesando 2.13 kilos y midiendo 42 centímetros.
El jefe de ginecología y obstetricia, Pavel Ventrub dijo: "El desarrollo del embarazo mostró que el feto se estaba desarrollando bien y que estaba creciendo fisiológicamente. Pensamos que no había problema y que podíamos continuar más allá. Nuestra decisión fue alcanzar la semana 28, pero era mucho mejor si llegaba a las 32 o 34, que es cuando el sistema pulmonar de un recién nacido se desarrolla y puede respirar por sí mismo después del parto".
Los doctores dicen que los 117 días en que mantuvieron con vida a la bebé en el vientre, es un récord por ser el embarazo artificialmente sostenido más largo en una paciente con muerte cerebral.
Después del parto a las 34 semanas de gestación, en la presencia del esposo y la familia de la mujer, el staff médico desconectó a la mujer de los soportes de vida y la dejaron morir en paz. La niña quedó al cuidado de su padre, su abuela y su tía.