En la mayoría de la gente el encierro es algo estresantes que puede ir afectando el estado de ánimo y con ello la estabilidad emocional. Más aún en aquellas personas que tiene alguna condición especial como lo es el autismo.
Para muchos padres de niños con este tipo de trastorno, ha sido un gran desafío el tener que atravesar esta pandemia, sobre todo porque rompe con los esquemas y rutinas que se tienen establecidas con los menores.
Es por ello que la académica de la Escuela de Fonoaudiología y experta en desarrollo cognitivo y del lenguaje, Claudia Figueroa, entrega cinco estrategias para afrontar el confinamiento de niños con Trastorno del Espectro Autista.
“En nuestro país se ha permitido a los padres y niños con este diagnóstico salir, ojalá identificados con algo azul. Lamentablemente, ello puede ser insuficiente si no se logra un equilibrio entre la necesidad y el auto cuidado. Sería ideal que las salidas de niños con este diagnóstico se asociaran no sólo al acto físico de caminar o recorrer un sector para que ‘disminuya su ansiedad’, sino que además (teniendo todas las medidas de protección necesarias) esto se acompañe de un relato concreto de la situación, dando cuenta de la ausencia de niños en las calles, el cierre de plazas o incluso el cierre de los almacenes que solía recorrer”, expresa la experta.
Las cinco estrategias:
- Hacer una representación de situaciones, de tal manera de idear una narración creativa a las salidas, como imaginar que se va a jugar a “no tocar al virus” para evitar que se apoye en lugares de riesgo o limitar su cercanía a ello, creer que son exploradores de esta ciudad encerrada y encontrar algún tesoro, usar el reloj y alarmas para determinar los tiempos, etc. De tal manera que el “salir” también signifique idear esta realidad que es algo que estratégicamente es difícil.
- Se pueden crear escenario más lúdico para representar una nueva realidad, para ello se pueden incluso incorporar objetos o muñecos que permitan relatos más situacionales que se quiera dar a conocer en el niño como por ejemplo que el muñeco logre pasear y explicar por qué no puede acercarse a los juegos de la plaza. Si usan objetos en sus salidas, con ellos también tomen las medidas de higiene recomendadas.
- También es positivo el contacto virtual con sus profesores y compañeros, incluso sus amigos, mediando en que cada uno de los participantes pueda contar sus preocupaciones y relatos más sentidos, más que centrarse en lo mero academicista.
- Participar en rutinas nuevas y novedosas antes no exploradas como cocinar, ordenar, plantar, hacerse cargo de tareas hogareñas, pueden también ayudar en la medida en que motivemos a ello y las ajustemos a sus habilidades.
- Es pertinente hacerse unas preguntas centrales para contener y ayudar a un pequeño con TEA: ¿qué le podría gustar? ¿En qué circunstancia podría sentirse seguro? ¿Haciendo qué cosa, puede sentirse efectivo y eficiente?