En todo el mundo se han hecho distintos tipos homenajes a los funcionarios de la salud por su valentía al combatir al coronavirus cara a cara. Dicho esto, es muy difícil entender lo que pasó en la provincia de Santa Fe en Argentina.
Se trata de Daniela, una enfermera de 41 años que vive junto a su hijo en el barrio de Guadalupe y que desde la llegada del coronavirus en marzo y debido a su trabajo, comenzó a recibir amenazas por parte de sus vecinos para que se fuera del lugar, porque iba a infectar el barrio.
Según informó el sitio Los Andes, los lugareños, en su intento para que la mujer se fuera, lanzaron carne con vidrio molido a sus mascotas, logrando matar a su perra al instante y a su gato, que agonizó hasta el día siguiente.
“Toda la vida ayudé a mis vecinos, me llamaban a cualquier hora para que les tome la presión, para que les coloque inyecciones y siempre estuve dispuesta. Cuando empezó la cuarentena me encontré con un cartel diciéndome que me vaya porque iba a infectar a todo el barrio” señaló la enfermera.
Tras el ataque, el único que se salvó fue su perro Junior. “Jamás me hubiera imaginado vivir algo así, fue un dolor muy grande. Uno no busca enfermarse. Nadie está exento” expresó Daniela.