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Nutricionistas aseguran que no existen los niños "mañosos"

"¡Que niño más mañoso"!... Es la frase más común que suelen decir los adultos cuando un menor de edad se niega a comer ciertos alimentos. Sin embargo, desde el Colegio de Nutricionistas rechazan esta "teoría".

tvn.cl

Viernes 23 de noviembre de 2018

La alimentación en los primeros años de vida marcará la vida adolescente y adulta de cada persona, y para evitar trastornos alimenticios es fundamental comprender que "no existen niños mañosos".

Así lo concluyeron los profesionales en una Jornada Pediátrica del Colegio de Nutricionistas, donde analizaron temas de trastornos alimenticios que afectan a niños y niñas, y que es necesario tratar con profesionales expertos.

“Ya no hablamos del niño mañoso, sino de niños con trastornos al comer (...) Por distintas causas rechazan la alimentación, son altamente selectivos o algunos inapetentes. Esta dificultad puede generar impacto  en el crecimiento y desarrollo  por falta de nutrientes!, explicó la Directora Nacional del Colegio de Nutricionistas, Cecilia Sepúlveda.

 

Según la especialista, los trastornos alimenticios afectan mayormente en la etapa pre escolar y se pueden identificar en 3 grupos:

* Niños selectivos: Rechazan alimentos por su textura, olor,  color o sabor, y pueden existir casos tan severos que algunos niños pueden comer menos de 15 alimento distintos.

* Los niños inapetentes: Desinteresados en comer, siempre están ocupados, son enérgicos, cuesta tenerlos sentados comiendo, nunca tienen hambre.

* Niños que tienen temor a comer: Rechazan alimentarse, responden con ansiedad al momento de la comida. Esto puede ser causado por patologías o causas psicológicas (un niño que se atoró con un alimento, luego lo rechaza por miedo a vivir la misma experiencia)

La especialista recalca la importancia de comprender que los mal llamados "niños mañosos" sufren de diversos trastornos que necesitan la atención de especialistas.

 

“El tratamiento debe ser multidisciplinario con psicólogos, nutricionistas, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, pediatra, incluso psiquiatra. Se debe adecuar el manejo, debe ser individualizado, según características del niño y su entorno”, explica Sepúlveda.