A lo largo y ancho de Chile se pueden encontrar diferentes climas, tipos de suelo, flora, fauna, demografía, etc. La variedad del país lo hace rico en muchos recursos, como por ejemplo en su diversidad biológica.
Si bien esta diversidad proviene de la funcionalidad de los propios ecosistemas que se autorregulan buscando un equilibrio, hay gran parte que se genera por la mano del hombre, mediante de la agricultura y distintos saberes campestres que van generando una pluralidad distinta en cada país.
En el caso de Chile, se puede distinguir esta diversidad en elementos propios como la variedad de papas chilotas y ají presentes en el territorio. “Esa enorme diversidad de variedades, permite a las comunidades trabajar en diferentes ecosistemas, hay variedades que se adaptan a mayor o menor altura" explicó Ximena Quiñones, académica de la Escuela de Agronomía de la Universidad Católica del Maule.
La docente señala que en la agricultura campesina tradicional e indígena se conservaron muchas especias lo que hace posible contar hoy con distintos tipos de porotos, quinua, ají, maíz, zapallo, entre tantas otras variedades.
“Cuando nosotros hablamos de patrimonio biocultural, nos referimos a que estas variedades y cultivos, que fueron domesticadas por el ser humano y que lo acompañan desde milenios, que son parte de su cultura”finalizó la experta ad portas de la conmemoración del Día Internacional de la diversidad biológica que se celebra este 22 de mayo.