Mauricio es un joven venezolano con una historia muy particular: nació a las 33 semanas gestación, pesando tan solo 980 gramos, y tiene parálisis cerebral.
Esta condición es un trastorno congénito y un rasgo común en todas las personas que la tienen es la dificultad en el movimiento, la cual afecta a 1 de 500 personas en todo el mundo.
Mauricio vive con su familia en Argentina hace cuatro años, ya que en este país se estima que la frecuencia de casos de parálisis cerebral es mayor, por lo que hay más experiencia de tratamientos.
Graciela, su madre, lo describe como "feliz, divertido y muy inteligente". "Aunque no puede hablar, puede expresarse", comentó en una entrevista con Infobae. "La tecnología es su aliada en muchas ocasiones", añadió.
El joven es paciente del Centro Terapéutico de la Asociación en Defensa del Infante Neurológico (AEDIN), una asociación civil sin fines de lucro dedicada a la educación y tratamiento de niños y jóvenes con trastornos neurológicos.
De acuerdo a Graciela, esta institución le cambió la vida a su hijo. "Él es mucho más independiente. Antes solamente podía decir sí y no, tocándose la frente o el pecho. Hoy, gracias al sistema de comunicación aumentativa, puede expresar de todo y puede valerse mucho más por sus propios medios”, relató.
Su pasión por el fútbol
Mauricio es fan del equipo argentino de fútbol River Plate, lo cual lo motivó a querer aprender a jugar el deporte, pero a su propia manera.
El joven está aprendiendo en el AEDIN a jugar en silla de ruedas a motor, ya que esa es su manera de desplazarse.