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Dos aficionados del buceo descubrieron un tesoro romano escondido en las profundidades del mar

El tesoro está formado por 53 monedas de oro, que pertenecían a la época del fin del Imperio Romano, entre los siglos IV y V.

tvn.cl

Miércoles 22 de septiembre de 2021

Un conjunto de 53 monedas de oro fue encontrado en las profundidades del océano atlántico, por dos aficionados del buceo. Luis Lens y César Gimeno, cuñados, fueron los responsables de este histórico hallazgo, ocurrido en en la bahía Portitxol, de la ciudad española de Alicante, uno de los mayores puntos turísticos de la zona.

Los hombres relataron la experiencia al diario español El País, contando que las monedas le llamaron la atención por sus destellos. Ambos se encontraban a unos siete metros de profundidad cuando descubrieron la primera moneda. Luis Lens pensó que era una moneda de 10 céntimos, y decidió rescatarla. "Estaba en un pequeño orificio, como de cuello de botella", contó al medio. Al subir a bordo de su barco, la limpió y descubrió “una imagen antigua, como una cara griega o romana”, y creyó que era una joya perdida.

Según informó El País, Lens y Gimeno bajaron de nuevo al lugar del hallazgo y, “con un sacacorchos del barco, de navaja suiza pequeña”, sacaron a la luz en “un par de horas” lo que se convirtió finalmente en un tesoro formado por las 53 monedas de oro, que pertenecían a la época del fin del Imperio Romano, entre los siglos IV y V.

Los descubridores de este tesoro decidieron llevarlo a la municipalidad local. Con la ayuda de especialistas en arqueología subacuática de la municipalidad, de la Universidad de Alicante (UA) y de la Guardia Civil, pudieron rescatar las 53 monedas, junto con tres clavos probablemente de bronce y restos de plomo muy deteriorados que parecen formar parte de un cofre.

De acuerdo a Jaime Molina, catedrático en Historia Antigua de la Universidad de Alicante y participante de la excavación, las monedas se encontraban en perfecto estado de conservación, destacando que "los conjuntos de monedas de oro no son habituales". “No hay restos de barcos hundidos en la zona donde se encontraron”, indicó el experto, “por lo que probablemente se trata de una ocultación voluntaria ante la llegada de los bárbaros". “Este hallazgo nos habla de un contexto de miedo, de un mundo que se acaba, el del Imperio Romano”, sentenció.

Según Molina, las monedas debían pertenecer a “un dominus, un gran propietario, un latifundista de la zona”. Entre los siglos IV y V, “las ciudades están en declive y el poder se ha desplazado hacia las grandes villas, al campo”, explicó. De acuerdo a su teoría, ante el avance de los bárbaros, uno de estos señores de la época “decide reunir las monedas de oro, que no circulaban sino que se acumulaban para fijar la riqueza de una familia”, en un cofre. Con la ayuda de un bote, lo hunde en la bahía. “Y después, debió morir, porque no volvió para rescatarlo”, supuso.

Las piezas serán estudiadas y restauradas, para luego poder exhibirse en el museo local de la zona.