Fue el 31 de diciembre del 2010 cuando al albañil mexicano José Diego Suárez Padilla recibió la noticia del femicidio de su hija Rosa Suárez, perpetrado a puñaladas por Gilberto Campos.
Debido a este trágico hecho es que el trabajador tuvo que volverse casi un experto en leyes de forma autodidacta para hacer justicia por su hija y buscar que pagaran, no tan solo el homicida, sino que dos servidores públicos que meses antes del crimen le habían negado la protección a Rosa.
"Le tenían que haber puesto un médico legista, no se lo pusieron. Les dijo que la había amenazado de muerte, tampoco consideraron que eso fuera delito...Cuando yo volví a todos esos juzgados, fue porque mi hija estaba muerta y ya no se podía hacer más que luchar por la injusticia", contó el Suárez a Milenio.
Foto Milenio
Al no tener recursos para un abogado, el albañil decidió aprender leyes por sus propios medios, leyendo el código penal, el civil, la ley de amparos y libros sobre los derechos humanos. De igual forma presentó 350 escritos y combatió seis apelaciones en tribunales.
Así, a finales del 2019 logró una sentencia de 67 años de prisión para el asesino de su hija y dos años por abuso de autoridad para los funcionarios que le negaron la protección.