Por mucho que las evitemos, siempre existen, por lo que saber llevarlas es lo mejor para que no quiebren lo bueno de cada relación. El sitio de El País, realizó una recopilación con algunos consejos que de seguro te servirán.
1. Evitar la expresión: "Tenemos que hablar"
Para la coach en parejas Olga Albaladejo, esta frase es poco recomendable, ya que al ser imperativa (que se manifiesta como orden o imposición) y la persona se pone en una posición defensiva y no colaborativa para resolver la situación. Además, predispone al otro enfrentarse a algo que se supone desagradable y baja su disposición a conversar.
2. Frases que comiencen con el “porque tú”
Según relata a El País la psicóloga en dependencia emocional Silvia Congost esto es apuntar directamente con el dedo al otro y suele hacer que se sienta culpable o atacado. “Siempre debes iniciar la discusión por ti: ‘Porque yo’. Si arrancas hablando de cómo te hace sentir aquello que ha ocurrido en vez de empezar culpando al otro, la otra persona no se sentirá atacada y la conversación fluirá muchísimo mejor”, recomienda.

3. Evitar el “nunca” o el “siempre”.
Mila Cahue, doctora en Psicología, explica que esto es una forma de magnificar o agrandar el problema. “Siempre es más recomendable el utilizar un ‘demasiado a menudo’, ‘con mucha frecuencia’, etcétera”, explica. “Puede parecer un tema menor pero el léxico, las formas son muy importantes en este tipo de discusiones: la palabra hiere y lo que decimos ahí queda”. complementó Olga Albaladejo
4. Retirarse sin hablar las cosas
Es frustrante para la otra persona, ya que hace que el conflicto se alargue por más tiempo del necesario y además se agrave. “Una cosa es decir ‘no quiero tener esta conversación en este momento porque estamos enojados y no vamos a llegar a ningún lado’ y otra cosa es cerrar las compuertas en plan ‘paso de ti o ahora mismo déjame en paz’, que no suenan muy bien”, comenta la coach en parejas Olga Albaladejo.

6. “Retar” al otro por sus hábitos cuando ya es demasiado tarde
“La semana pasada te volviste ir sin botar la basura”, es una frase que se usa cuando un hábito del otro nos molesta, pero que no tiene una gravedad notoria. Para la psicóloga Mila Cahue, es muy negativo no abarcarlo en el momento en el que sucede.
El problema surge luego: esos pequeños momentos se van acumulando y quedan listos para ser lanzados como artillería. "Aunque el motivo de la discusión sea otro, por ello es muy importante tanto resolver esas pequeñas en el momento, como acotar cuál es la verdadera cuestión que nos preocupa y que queremos solucionar con esta conversación”, explicó Mila.

7. Interrumpir al otro
Es una situación muy frustrante, más aún en plena discusión. Lo que pocos notas es que esto sucede por nuestra culpa.
“Cuando la otra persona nos interrumpe es porque no se está enterando o porque nos estamos yendo por las ramas, algo que es fácil de evitar si somos muy sintéticos al pronunciar nuestro enunciado, que por supuesto deberemos llevar preparado e incluso ensayado ya que así seremos más breves y evitaremos esas intermisiones”, revela Cahue.
8. “Eres igual que tu madre”.
Los familiares suelen ser las principales armas contra el otro, sobre todo las suegras, que siguen siendo los proyectiles más disparados. “Las discusiones de pareja tratan de dos, no hay que citar a los demás ni como apoyo, ni como defensa, ni como base de argumento”, comenta la experta Olga Albaladejo.

9. No recordar discusiones pasadas
Según expertos, si éstas no van a aportar al problema actual, es mejor no tocar esos temas, la idea es que la discusión se resuelvan temas puntuales para llegar a un consenso.
10. No tenerles miedo a las discusiones
Para Cahue, éstas son parte de una relación sana, porque ambas personas van descubriendo sus límites, se disponen a solucionar algo que no funciona, se escuchan y tratan de entender de donde proviene lo que el otro quiere decir. Si lo miramos desde esta perspectiva, puede que tengamos una disposición totalmente distinta para enfrentarlas.