La actriz Mane Swett estuvo durante cinco meses junto a su único hijo, Santiago Bowe, de 8 años, confinada en su casa ubicada en Tunquén, región de Valparaíso, en donde tuvo que cumplir varios roles, de los cuales muchos desconocía.
"Hubo que acostumbrarse a una nueva realidad, a ser mamá, a ser profesora, a ser cocinera y yo que no tengo idea de cocina. No tenía lavadora. Todo a mano. La luz funciona solar, así que muchas veces me quedaba sin luz, se me caía el sistema, me quedé en panne de auto por la batería. Un desastre, pero en algún momento todo cambió", contó la artista al matutino LUN.
"Comenzamos a ser muy felices con mi hijo porque nos acomodamos a nuestra realidad en Tunquén. Él me empezó a ayudar en cosas que nunca había hecho antes porque yo lo regaloneaba mucho", explicó.
Sobre lo que hizo durante su tiempo en confinamiento lejos de los escenarios, la actriz comentó que se dedicó a realizar obras por Zoom, además de "escribir un libro sobre la maternidad con unas compañeras actrices porque estuve súper conectada con mi maternidad durante la cuarentena, a ser dueña de casa y sus múltiples labores: mamá, papá, profesora, payaso, enfermera, a aprender a cocinar porque no sabía cocinar, Ahora tampoco mucho".
Sobre la relación con su hijo, Swett contó que aprendió a conocerlo en profundidad. "Ahora ya nos entendemos con cualquier guiño, antes nos entendíamos cuando nos mirábamos a los ojos. Ahora nos entendemos al olernos, es una simbiosis preciosa", afirmó.
Hace algunos meses la actriz tuvo que volver a sus actividades laborales y con ello se tuvo que separar del pequeño Santiago, lo que aseguró le ha costado mucho. "Es como si me faltara un órgano en mi cuerpo. La cuarentena fue demasiado profunda, fue demasiado el apego, fue demasiado parecido a cuando tenía un año y yo estaba amamantando. Fue difícil separarme de él", concluyó.