Michael Packard relató que "estaba convencido de que era un hombre muerto" luego de haber sido tragado por la ballena mientras se encontraba pescando.
Fue durante junio que se conoció la historia de Michael Packard, quien fue tragado por una ballena mientras pescaba langostas en la costa de Massachussets, Estados Unidos.
A cerca de un mes del suceso, el hombre entregó su testimonio en una entrevista con la televisión australiana, donde reveló detalles de su traumática experiencia.
Packard expresó al programa 60 minutes del canal 9 News que se encontraba pescando langostas, "nadando como lo hice durante 30 años y, de pronto, me atropelló un tren de carga de la nada, y todo se oscureció”.
“Tardé unos cinco segundos en darme cuenta de que estaba en la boca de una ballena. Entonces me dije: ‘A la m...’”, sostuvo el hombre, añadiendo que incluso había creído que se lo había tragado un tiburón. "No, no siento ningún corte. No creo que sea un tiburón. Y luego instantáneamente supe que era una ballena", expuso.
Pese a sus intentos por escapar, se dio cuenta de que “no había forma de salir de allí, a menos que ella me suelte. Me di cuenta de que estaba navegando por el agua dentro de la boca de una ballena. Navegaba en el mar y el agua entraba en su boca”.
Luego, le consultaron si había sentido la lengua de la ballena, a lo que el pescador indicó que "sentí todos los músculos duros a mi alrededor", y lo que "serían mandíbulas aplastando mis piernas". Trató de moverlas para poder salir, pero no podía.
En aquel escenario, Packard —casado y padre de dos hijos— pensó que su vida terminaría allí. "Estaba convencido de que era un hombre muerto", sostuvo.
Sin embargo, repentinamente sintió que el animal subía y luego vio luz. El hombre relató que "se puso errática, se movía para todos lados. Está tratando de deshacerse de mí". Y de aquella forma, de pronto "me sentí liviano, en el aire. Fui arrojado hacia un lado”.
“Teníamos a esta ballena volviéndose absolutamente loca y de repente apareció Michael, volando por los aires”, indicó uno de los compañeros de Packard.
En su traumática vivencia, que el pescador estima que duró menos de un minuto, resultó con una dislocación de rodilla.