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La perturbadora infancia de Christian Brueckner, el principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann

El alemán de 44 años se encuentra bajo investigación por uno de los casos no resueltos más famosos de la historia actual.

tvn.cl

Lunes 6 de septiembre de 2021

El alemán de 44 años se encuentra bajo investigación por uno de los casos no resueltos más famosos de la historia actual.

Christian Brueckner es el principal sospechoso en la actualidad de la desaparición de Madeleine McCann, la pequeña niña británica cuyo rastro se perdió cuando vacacionaba en Portugal junto a su familia, en el año 2007, y es uno de los casos no resueltos más famosos de la historia actual.

Brueckner, de 44 años, vivió en el país entre 1995 y 2007 y se encontraba cerca de la casa de vacaciones de Praia da Luz el día en que desapareció la pequeña, en el mismo sector donde se hospedaba su familia. El hombre tiene antecedentes criminales por los que fue detenido un par de años después en Alemania, su país natal, y gracias a estos y a la ubicación en la que se encontraba en mayo del 2007, la policía lo considera como el posible responsable de la desaparición de Madeleine.

De acuerdo al portal Infobae, Brueckner tiene un amplio historial delictivo, con unos 17 casos, desde agresiones a robos o asuntos relacionados con drogas. Su primer juicio por un delito sexual fue en 1994, cuando tenía 17 años, cuando fue condenado en Baviera por abusar de un niño. El último caso relacionado con menores fue un proceso por tenencia de pornografía infantil en 2016.

El alemán se encuentra nuevamente en el centro de atención de los medios luego de que perturbadores detalles de su infancia fueran revelados en el libro “My Search for Madeleine” (Mi búsqueda de Madeleine), escrito por Jon Clarke, quien dedicó años a investigar el caso por cuenta propia.

En el libro se profundiza como Brueckner y sus dos hermanos fueron abusados durante toda su infancia por sus padres adoptivos, tanto verbal como físicamente. Su madre, Brigitte, era “brutalmente dominante” y buscaba una “disciplina estricta” para los niños, mientras que su padre, Fritz, solía “azotarles adecuadamente en el trasero desnudo gritando: ‘¡Si lloras, habrá más!’”. El texto también detalla que Brueckner y sus hermanos pasaron un tiempo viviendo en orfanatos antes de ser asignado a lo que sería su familia permanente.

Según testigos que entrevistó Clarke para el libro, los Brueckner habían sido acogidos por Brigitte y Fritz solamente por el dinero que recibirían por parte del estado alemán. Por otro lado, su madre biológica, cuya identidad permanece desconocida, “vivía encima de una taberna y se relacionaba con delincuentes locales”. La pesadilla de los niños no terminaba en los castigos físicos: sus padres adoptivos le recordaban continuamente que eran "hijos de un delincuente y una p***”.

Brueckner comenzó a ser investigado por la policía alemana luego de que en el 2019 fuera condenado por la violación de una turista estadounidense de 72 años, en el 2005, a tan solo unas pocas cuadras del apartamento de vacaciones que los McCann habían rentado en 2007. Hasta ahora Brueckner asegura ser inocente.