El actor señaló que como miembro de una minoría, para él es importante contar las historias de los no representados.
Que una serie de éxito esté producida por un actor no es raro. Pero sí que el actor decida no protagonizarla. Y mucho más que ni siquiera aparezca en ella. Ese es el caso de Daniel Dae Kim. Con 116 episodios de “Lost” y 168 de Hawaii 5.0 a sus espaldas, el coreano solo ejerce de productor en The Good Doctor. “No era un proyecto para mí”, reconoce en el set de grabación de la serie en Vancouver. Como tantas otras ficciones estadounidenses, The Good Doctor se graba en Canadá. “Es una cuestión de costos”, responde Dae Kim muy en su papel de productor de la serie que, en la sala de guión, gobierna David Shore.
Que “The Good Doctor” sea una adaptación de una serie coreana evidentemente tiene que ver con que uno de sus impulsores también lo sea. “Acababa de fundar mi propia productora y estaba buscando derechos que comprar, proyectos que me cuadrasen”, comenta.
Dae Kim también reconoce que no era demasiado difícil fijarse en aquella historia sobre un médico en el espectro del autismo: “Oí hablar de la serie por primera vez en Corea en 2013. Allí era un gran éxito”. Su plan no era producir necesariamente adaptaciones de series coreanas, pero esta sí le pareció una buena idea.
“Pensé que tenía elementos que funcionarían muy bien en América”. Por otro lado, The Good Doctor permitía a Dae Kim apostar por algo que considera fundamental: la diversidad. “Como miembro de una minoría, es importante para mí contar las historias de los no representados”, dice.
Y no se refiere solo a la condición del protagonista, interpretado por Freddie Highmore. Al ser preguntado por la gran cantidad de intérpretes británicos en su serie (que se desarrolla en Estados Unidos), Dae Kim deja clara una cosa: “no me interesaba la nacionalidad, pero sí la raza”. De ahí que en The Good Doctor el reparto incluya caras latinas, negras y asiáticas en papeles que otras producciones quizás hubieran reservado a (hombres) blancos (heterosexuales). También defiende el tono benevolente de The Good Doctor: “Es importante que en la América actual una serie diga que podemos ser buenos, que podemos aspirar a algo mejor”.
A Daniel Dae Kim uno jamás le echaría los cincuenta años que confiesa sin problemas. Atlético e incuestionablemente atractivo, nadie diría que el intérprete y ahora productor está más centrado en el trabajo detrás de las cámaras que en aparecer en pantalla. Atrás han quedado sus disputas salariales en Hawaii 5.0 (serie que abandonó al negarse a cobrar menos que otros) y la isla en la que se estrelló el vuelo 815 de Oceanic. Ahora es un productor de éxito que, con un primer proyecto más que satisfactorio, sigue buscando historias que contar “desde una perspectiva menos limitada que la de un actor”. Uno de ellos tiene que ver con el K-pop, por cierto.