La francesa Jeanne Calment recibió el récord mundial de longevidad tanto en hombres como en mujeres. La anciana murió a los 122 años, sin embargo, el investigador ruso Nikolai Zak puso en duda la edad de la francesa.
Zak junto con el gerontólogo Valeri Novosselov hicieron una investigación para ver si en realidad Jeanne tenía la edad que decía.
Según estos investigadores todo sería falso. Para esto estudiaron durante meses biografías, archivos, entrevistas y documentos del pueblo natal de la mujer. Como conclusión sacaron que efectivamente la mujer no alcanzó a cumplir los 100 años.
La teoría de Nikolai es que Jeanne Calment ocupó su identidad luego de que su madre muriera por temas legales y evitar pagar impuestos de sucesión. Si las sospechas de los investigadores son ciertas, la mujer fallecida en 1997 solo tendría 99 años y su nombre real sería Yvonne, hija de Jeanne.
Zak respaldó su teoría diciendo que algunas características físicas como la altura, el color de ojo y la forma de la frente no coincidían con el último estado físico de la mujer en sus últimos días.
La familia de Calment no se refirió al tema, pero la comisión que certificó que ella era la dueña del récord sí salió en defensa de la mujer. Aseguraron que ellos hicieron todos los estudios e investigaciones pertinentes para rectificar la edad de la francesa.
Jean-Marie Robine es demógrafo, gerontólogo y participó de la comisión que certificó la validación en el Libro Guinness de la edad de Jeanne Calment. Él aseguró en una entrevista que "nunca hubo ninguna duda sobre la autenticidad de los documentos que revisaron", que unos de los puntos a considerar fue la usurpación de identidad y que lo descartaron .
La única forma de develar este misterio es mediante una prueba de ADN en los cuerpos de Jeanne e Yvone. Si mediante este examen se comprobara la hipótesis de Zak el récord pasaría a la estadounidense Sarah Knauss de 119 años.
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