Diariamente los docentes se encuentran con múltiples desafíos para poder llevar de forma efectiva los procesos de enseñanza- aprendizaje en tiempos de COVID-19. Repentinamente, tuvieron que aprender a educar a distancia, a utilizar aplicaciones y programas (que muchos de ellos no conocían) para preparar las clases de forma lúdica y llamativa para los estudiantes que ahora están al otro lado de la pantalla.
Esto sin duda ha desencadenado una serie de dificultades que han afectado su salud mental y emocional y física.
El Colegio Francisco Bilbao, comprendió esta problemática y comenzó a impartir mensualmente grupos apoyo psicológico a sus profesores, directivos, administrativos y auxiliares de aseo, a cargo de la especialista Carolina Reyes Cristi, Psicóloga Clínica y Magíster en Psicología Educacional.
¿Cómo surgió la idea de este grupo de apoyo psicológico para los profesores?
“Esta nueva modalidad de enseñanza online conlleva algunas dificultades, dado el alto índice de vulnerabilidad de nuestra población educativa, ya que no todos cuentan con los recursos electrónicos y de conexión para poder participar efectivamente de este proceso. Esto, sumado a la angustia y temor que la emergencia sanitaria provoca en las personas, entendimos como Equipo Directivo que era necesario poder entregar un apoyo y contención a nuestros docentes", manifiesta Lois Tapia Rivera, coordinadora académica del Colegio Francisco Bilbao.
La psicóloga Carolina Reyes Cristi, quien está a cargo de este novedoso proyecto, revela detalles de esta iniciativa: "La idea de esta instancia, es que los profesores puedan expresar y canalizar todas las emociones que están viviendo, no sólo su sentir con respecto a su mundo laboral, sino que ayudarlos a generar un mayor bienestar respecto de la situación pandemia, en relación a cómo están viviendo sus vidas familiares, personales y laborales".
Claudia Cruzat, profesora de arte, cuenta cómo la pandemia y este cambio de rutina le ha afectado emocionalmente: "Anímica y físicamente me siento muy cansada, mentalmente mi cabeza da vuelta todos los días, incluso me acuesto pensando en lo que tengo que hacer al otro día". Jazmín Arcos, docente de kinder y coordinadora del nivel de preescolar, también relata cómo han sido estos meses de teletrabajo: "Han sido complejos, ya que no estábamos preparados para enfrentar esta situación, nos tuvimos que replantear y reformular todas nuestras planificaciones, buscar estrategias de cómo llegar a los estudiantes y adaptarnos a que la comunicación ya no iba a ser de manera presencial. La mayor dificultad ha sido la falta de recursos que tienen nuestras familias, impidiendo que puedan conectarse y realizar sus tareas".
¿Cómo la pandemia y las clases virtuales afectan la salud mental de los profesores?
Sin duda para los docentes ha sido un tremendo desafío el cambio de la rutina laboral, pensando que la labor del profesor es eminente y esencialmente presencial, donde hay un pizarrón y una serie de estímulos que lo rodean y donde en este espacio común y compartido se genera el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esta nueva realidad de clases online, los ha obligado a cambiar la esencia de su trabajo, donde se reemplaza el contacto personal y emocional con el alumno (que sería el motor por el cual se generan los aprendizajes) a un intercambio a través de una pantalla. “Esto claramente ha generado mucho estrés y sensación de sobrecarga, sobre todo para los profesores que no manejan mucho la tecnología, aquellos más avanzados de edad, donde llevan 40 años de ejercicio profesional y repentinamente le cambian su manera de trabajar y tienen que adaptar sus metodologías a un sistema digital.” Comenta Carolina Reyes Cristi y agrega: “Si bien para los profesores más jóvenes ha sido más rápida la adaptación debido a que manejan de mejor manera la tecnología, igualmente ha sido tremendamente estresante, porque finalmente a ningún profesor lo han formado en sus carreras universitarias para poder enseñar de una manera digital”.
La profesora Jazmín Arcos cuenta cómo la pandemia ha afectado su salud mental: “En ocasiones me siento angustiada y con temor. El hecho de no saber qué pasará, cuando terminará, si te afectará, si tus seres queridos se pueden contagiar y además cargar con los problemas de tus apoderados es agobiante, lamentablemente es muy difícil separar tu vida de la de ellos y lograr que sus problemas no te afecten”.
La coordinadora Académica del Colegio Francisco Bilbao detalla la labor diaria de los docentes: “Además de preparar videos, material complementario, hacer clases online, revisar guías y responder dudas vía mail, ellos se comunican con los apoderados, no sólo para saber sobre las guías y clases, sino que para preguntarles cómo están los niños y sus familias, escuchar sus problemas, y ver como poder apoyarlos y contenerlos. Desde ahí es que nace la idea de que junto al apoyo de Carolina poder crear estas salas de reuniones virtuales, en donde compartimos nuestros miedos, aprehensiones y de paso aprendemos a trabajar con ellas y en algunos casos a sanarlas”.
Una iniciativa replicable
La profesora Jazmín Arcos detalla cómo estos grupos de apoyo se han transformado en una contención psicológica: “Es una excelente iniciativa, el poder desahogarse, compartir con tus colegas y recibir consejos de un experto es gratificante, sobre todo en estos tiempos que es difícil poder comunicarnos y juntarnos con nuestros seres queridos. Hay temas que te guardas para no preocupar a tu familia y el poder hablarlo con una excelente profesional te ayuda, te alivia y te da paz para continuar ejerciendo esta linda profesión, que es la de educar”.
Finalmente la especialista Carolina Reyes Cristi, revela cuáles son los objetivos de esta iniciativa impartida por el Colegio Francisco Bilbao: “Pretendo ofrecer un espacio donde desde la conversación los profesores puedan compartir sus experiencias, que sea un espacio de conversación conjunta de ayuda y de estrategias”. Y además detalla cómo funciona: “Cuando los profesores escuchan hablar a sus colegas sobre lo que les pasa y ven que es similar a lo que a ellos les sucede, se produce un proceso de identificación con la experiencia del otro y eso ya genera alivio ya que es tremendamente sanador y terapéutico que otro está pasando por lo mismo”.