En los años ochenta, muchas famosas comenzaron a usar una tendencia en el pelo que buscaba gran volumen y rebeldía.
Hablamos de las permanentes, que se volvieron furor entre las mujeres que admiraban los looks Madonna, Julia Roberts, Kylie Minogue, entre otras.
Su principal característica eran rulos apretados y pequeños, que al soltarlos generaban una melena alocada, y que por un compuesto químico hacía que durara meses sin perder su forma.
Esta moda está de vuelta, así lo han demostrado las últimas alfombras rojas de premiaciones y también las pasarelas de la temporada primavera - verano 2019 (para el hemisferio norte).
Eso si, la "new wave" se reconoce por usar ondas mucho más suaves, amplias, usando tubos de peluquería mucho más grandes y que buscan como producto final un aspecto más natural.
Tal como lo mencionábamos antes, las permanentes usaban el compuesto tioglicolato de amonio, que tenía un olor muy fuerte y hacía arder los ojos. Este químico hacía que las ondas duraran por largo tiempo, pero muchas sufrieron consecuencias como el pelo quemado, puntas abiertas y deshidratación.
Es por eso que existen alternativas modernas que evitan el compuesto y por ende, estas complicaciones. Según un artículo de The Guardian habló con un grupo de profesionales que explicaron esta nueva técnica.
Karine Jackson, del salón "Hair & Beauty" de Londres, dice que la tendencia de las permanentes se está volviendo más popular. Ella y su equipo usan productos sin amoníaco ni tioglicolato.
"En los ochenta, cuando no se obtenían resultados esperados, el pelo terminaba con las puntas en ángulos rectos o muy dobladas. Ahora los tubos son mucho más anchos, suaves y dejan ondas menos definidas, pero con las características que se esperan", dijo.
Incluso en el artículo se refieren a la permanente "digital", un método japones que está haciéndose popular en el Reino Unido, donde se utiliza calor infrarojo, monitoreado por una máquina, y se usan productos que no utilizan químicos.