Los vellos en el rostro, a pesar de ser completamente naturales, pueden ser muy molestos para muchas mujeres. Sin embargo, existen diferentes métodos para eliminarlos, aunque algunos podrían tener efectos secundarios en la piel.
Al ser el rostro una zona cuya piel es más delgada y sensible, se debe tener especial cuidado a la hora de escoger una forma de depilación que sea efectiva y al mismo tiempo no dañe la piel, ya que no se trata de tomar una máquina depiladora para el cuerpo y usarla en la cara... ¡No lo hagas!
Acá te dejamos algunos de los métodos más utilizados, junto con sus pros y contras, para que puedas elegir el más adecuado para tu piel, aunque siempre es imprescindible asesorarse por un dermatólogo especialista.
Las clásicas pinzas
Son la opción más práctica y económica, puedes encontrarlas en muchos lugares y también llevarlas a todos lados. Sin embargo, solo son útiles para zonas con poco vello o donde este sea más grueso.
Cera depilatoria
Es uno de los métodos depilatorios más usados actualmente. Puede retirar grandes cantidades de vello y puede hacerse cómodamente en casa. Sin embargo, puede que a largo plazo, los constantes tirones necesarios para retirar la cera provoquen que la piel pierda elasticidad.
Crema depilatoria
Esta opción es cómoda y muy útil para casos de emergencia, ya que no deja marcas. Su gran desventaja, es que al no retirar los vellos de raíz, debe utilizarse más seguido.
Depilación con hilo
Esta milenaria técnica oriental, elimina el vello con ayuda de un hilo de algodón. Es menos agresiva, más precisa y duele menos, pero sólo si es realizada por un profesional.
Depilación láser
Si bien produce cierta molestia, no hay mucha diferencia entre el dolor que provoca este método depilatorio y los anteriores y puede durar meses sin que sea necesario volver a depilarse. Si bien no elimina los vellos al 100%, logra sacar los más visibles y molestos. Su gran desventaja es el precio.
Cualquiera sea la elección, siempre en necesario estar atento a las señales que pueda presentar la piel a cada tratamiento y prestarle los cuidados necesarios para mantenerla sana.