A 140 kilómetros por hora era la velocidad a la que iba manejando el golfista Tiger Woods (el doble de la permitida) cuando se salió de la carretera y se volcó varias veces durante el accidente en Ranchos Palos Verdes, Los Ángeles, dejando al deportista con la pierna derecha rota.
"El principal factor causal de esta colisión de tráfico fue conducir a una velocidad insegura para las condiciones de la carretera y la incapacidad de sortear la curva de la carretera", señaló el alguacil del condado, Alex Villanueva, según informó Infobae.
Por su parte, el capitán James Power, cree que Woods probablemente pudo haber pisado el acelerador en lugar de los frenos, perdiendo el control del vehículo, aunque el propio golfista no recuerda el accidente.
El deportista no enfrentará cargos criminales por ir a exceso de velocidad, ya que no hubo testigos de los hechos. Tampoco se hizo una investigación exhaustiva de lo ocurrido debido a que no hubo una lesión significativa o una muerte, ni la involucración de terceros.
De igual forma, al deportista de 45 años no se le reviso el teléfono, para saber si estaba utilizándolo al momento del accidente, ni se le hicieron análisis de sangre, porque “no había evidencia de deterioro o intoxicación”, dijo Powers.
Otro dato que llama la atención es que en las primeras horas tras el accidente, la Oficina del Sheriff del Condado brindó una conferencia de prensa en la cual descartó que Woods haya consumido alguna sustancia que haya influido en su lucidez para conducir.
El golfista se accidentó el 23 de febrero, aproximadamente a las 7 de la mañana en Rolling Hills Estates, en donde su vehículo se salió de la carretera, cruzó dos carriles, colisionó con un árbol y terminó en un costado de la ruta. Fue rescatado por un joven bombero. Tras ser intervenido en sus piernas por lesiones, Woods fue dado de alta a comienzos de marzo.
Imágenes Reuters