"Ojalá a muchos de mis contactos que creen en la estúpida ficción de la nueva presencialidad, montada para aplacar a los medios -que no paran porque son CRIMINALES de la peor calaña-, se les caiga esa fachada y puedan ver la realidad", escribió el maestro.
Guillermo Migliorini Izurieta, un profesor argentino de 27 años, dejó una desgarradora carta antes de morir de COVID-19, la cual fue ampliamente difundida en redes sociales.
Según consignó el medio La Voz, el hombre falleció tras luchar por su vida durante un mes al interior del hospital de Mar del Plata.
Durante ese período, el maestro aprovechó su tiempo para compartir diversas reflexiones en Internet, manifestando que "la peor pandemia es el egoísmo, y de esa creo que no hay salvación".
"Desde el martes sé que estoy con COVID. Los síntomas: fiebre muy alta que no se baja y dificultad para respirar. Lamentablemente, mi hermano mayor también presentó síntomas y, por lo tanto, continúa aislado en su pieza. A pesar de todo, se ocupó siempre de cuidarme y llevarme a la guardia cuando los síntomas arreciaban", comenzó indicando en su carta, para luego explicar cómo se agravó su situación.
"Anoche entré en internación porque no saturaba bien. Tengo mucha fe en los profesionales que me cuidan y en las personas que me quieren, y están tirando rezos, oraciones y buenas energías", agregó
Sus sentidas palabras se viralizaron rápidamente entre los usuarios, dado que hizo un llamado a todas aquellas personas que no creen en la enfermedad.
"Ojalá, a muchos de mis contactos que creen en la estúpida ficción de la nueva presencialidad, montada para aplacar a los medios —que no paran porque son criminales de la peor calaña—, se les caiga esa fachada y puedan ver la realidad", indicó.
"Si tus hijos van a escuelas privadas, pensá que los que vamos a las públicas. Algunas, sin siquiera aulas ventiladas según el protocolo. Si vas al colegio en Mar del Plata, pensá en cuanto falta para que lleguen los fríos, las heladas y nos obliguen a tener que mantener las clases muertos de frío (nosotros y los chicos). La peor pandemia es el egoísmo, y de esa creo que no hay salvación", cerró el profesor.