Tuya se siente humillada por el trato que le ha dado el rey últimamente, pero jura que las cosas no se van a quedar así.
La reina quiere vengarse del rey por haberla dejado de lado frente a una joven cierva y para esto pensará en un gran plan.
Tuya tiene en mente pagarle con la misma moneda al rey y, por lo mismo, llama al guardia de palacio Baquemut para que la satisfaga.
El guardia le pregunta si su desempeño fue satisfactorio, pero la reina sólo se limita a despacharlo y le ordena guardar silencio.