La súplica de Henutmire por salvar la vida de Oseías es escuchada por el Rey Ramsés, quien decide liberarlo de su sentencia a muerte, pero a cambio ordena la ejecución de 10 hebreos y establece dicha orden como castigo ante cualquiera que decida desafiar su poder nuevamente.
Amran pide hablar con el Rey Ramsés para interceder por la vida de Oseías, pero sólo logra realizar su petición ante la princesa Henutmire, quien le promete hacer lo posible por ayudarlo.
Con el objetivo de ayudar a la familia de Moisés, Henutmire habla con Ramsés y tras su larga súplica, consigue la inmediata liberación de Oseías.
Inmediatamente después de hablar con Henutmire, Ramsés llama a sus oficiales para comunicar su nueva orden: Ejecutar a 10 hebreos a cambio de la liberación de Oseías.
Los oficiales llegan a la villa y comunican que la vida de Oseías fue perdonada por el Rey, a cambio de la muerte de otros 10 hebreos que serán elegidos al azar entre quienes realizan trabajos en la cantera.
Jocabed llega junto a Oseías para entregar la buena y la mala noticia a su familia. Una vez más, el dolor se apodera de ellos, que no logran comprender el despiadado castigo que ordenó Ramsés.
Tras enterarse del cruel castigo que Ramsés escogió a cambio de perdonar a Oseías, Henutmire enfrenta en duros términos al Rey de Egipto.
Los oficiales irrumpen en la cantera e informan que seleccionarán a 10 hebreos para ser ejecutados a cambio de la vida de Oseías.