Un gran grupo de hebreos ha llegado hasta la tienda de Moisés para exigir cambios. Ya no soportan el calor del desierto y la falta de comida, y están empecinados en comparar la vida en Egipto con la que llevan ahora. Al escuchar las quejas, Moisés no sabe cómo tranquilizar a su pueblo, y decide pedirle ayuda a Dios.