Las balaceras en La Legua aumentan día a día y complican a quienes viven en los alrededores, que a estas alturas no pueden salir a comprar tranquilos, ni jugar con sus hijos, ni abrir las ventanas de sus casas, que a estas alturas están todas blindadas.
Los vecinos se encuentran tan desesperados que están dispuestos a vender sus propiedades blindadas a los narcotraficantes, que les ofrecen entre 60 y 70 millones de pesos por ellas.