El carpintero sufre una importante pérdida, lo que le provocó una gran culpa, y a su vez un grave accidente que lo cambiará todo.
Luego de que Caleb, el hijo menor, muriera después de que Gideon le fallara en su ayuda, el carpintero ve todo lo que le hizo a su familia.
Atormentado por la culpa que sentía, intenta destruir su obra lanzándola a las llamas, pero las chispas le provocan una ceguera que parece incurable.