El archipiélago de Chiloé es el paraíso de las aves migratorias. Los zarapitos de pico recto viajan más de 16.000 kilómetros. En Norteamérica se reproducen y cambian el plumaje, mientras que en Sudamérica llegan en busca del buen clima y la primavera. En Chiloé, estas aves se alimentan para aumentar su peso y viajar sin mayores problemas de regreso a Alaska.
Pero no sólo llegan Zarapitos a ese lugar, también viajan Chorlos, Rayadores y Flamencos, que también son migratorias y pueden viajar más de 10 mil kilómetros sin parar.
El grave problema es que en la actualidad, los humedales donde llegan estas aves se están destruyendo, el curso de los ríos cambia constantemente y el agua está cada vez más contaminada