Kimberley Dean y Ron Palmer fueron pareja mientras estaban en el colegio, un amor dulce y juvenil, que a pesar de terminar mantuvo el contacto.
“Cuando terminamos el colegio, pensé que había mucho mundo afuera por conocer. Pensé que conocería a muchas mujeres y podría congeniar con muchas personas. Así que terminamos. En buenos términos, eso sí, continuamos siendo amigos”, contó Ron a la revista People.
Kimberley se casó y tuvo dos hijos, pero terminó divorciándose en 1998. Ron trató de tener otras relaciones, pero tampoco prosperaron. Ambos se mantuvieron en la vida del otro, respetando sus respectivas parejas.
"De vez en cuando nos enviábamos cartas o hablábamos por teléfono. Cuando yo estaba saliendo con otras chicas y tenía algún problema, acudía a ella para que me ayudara a superarlos", confesó Palmer.
La pareja dijo que no pasaban más de seis meses sin hablarse, hasta que en una de esas conversaciones ambos hicieron un pacto: Si ambos llegaban a cumplir 50 años y no estaban casados, se unirían mutuamente en matrimonio.
A pesar de que lo tomaron como una broma, jamás pensaron que se haría realidad. Kimberley tomó la iniciativa y le pidió a Ron que volvieran a intentarlo. "Le dije que estábamos arriesgando una amistad increíble, pero que aún así, si no funcionaba no sabría como volver a ser su amigo. Dudé en un principio, pero me di cuenta que aún sentíamos muchas cosas", relató Ron.
El 2017 en año nuevo, Ron le propuso matrimonio a Kimberley y en junio de ese mismo año, ambos por fin cumplieron su promesa; sus 51 y 54 años se unieron frente a su familia y amigos.
“Siempre hemos estado el uno para el otro. Él me ha apoyado en los momentos difíciles, y yo también a él. Ha visto crecer a mis hijos… Todo el mundo bromea que nos tomó mucho tiempo llegar hasta aquí, pero qué puedo decir, estoy feliz y lo amo”, dijo Kimberley.