Chelsy Davy era una joven de origen africano, que estaba estudiando leyes cuando conoció al príncipe Harry. La relación entre ambos comenzó en el 2004 y duró siete años, siendo una de las más significativas para ambos.
La rubia terminó con él diciendo que le era muy difícil mantener una relación con alguien de la realeza y que aún así seguirían siendo amigos. Es tanta la confianza que se tienen ambos que el príncipe la invitó a su boda con Meghan Markle, que se llevó a cabo el fin de semana pasada.
La ex-pareja de Harry asistió a la ceremonia con un vestido azul que causó polémica, debido a que se saltó el protocolo real que dice que la prenda debe ir por debajo de la rodillas.
Además fue objeto de risas, debido a que su expresión durante la ceremonia se convirtió en meme. Los usuarios bromearon sobre la mala idea de invitar a la ex al matrimonio.
This is exactly the reason why you don't invite an EX to your wedding.
— Stewart WK (@MrDetailed) 19 de mayo de 2018
#RoyalWedding #ChelsyDavy pic.twitter.com/zcJFf3i8MY
Hace algunos días Vanity Fair reveló que ambos habrían tenido una última conversación por teléfono la semana en que Harry se iba a casar. La fuente, un "amigo de la familia", quien dio detalles de aquella llamada: "Fue una despedida en la que ambos reconocieron que Harry estaba iniciando una nueva etapa. Chelsy estaba bastante emocionada por todo, estaba llorando y casi no fue a la boda".
Curiosamente, Chelsy no fue la única ex que presenció su enlace con Meghan. Cressida Bonas, con quién Harry salió entre el 2012 y el 2014 también estuvo en la capilla de St. George. Cabe destacar que ninguna de las dos estaba autorizada a asistir a la fiesta posterior a la boda.